Hasta ahora, era Grecia la que parecía tener a Uropa cogida por sus partes pudendas, y ahora es Italia la que se suma al chantaje. El problema es -creo-, que no va a quedar nadie a quien chantajear. Porque esta panda de descerebrados impresentables que pastan en Bruselas y que se creían los reyes de mambo, han cavado la tumba de todos nosotros.
Hace falta que algunos se enteren de que la sociedad Occidental tal como la conocemos, está quebrada y en liquidación; que la que antaño fue árbitro del mundo y faro de cultura, es ahora poco más que un geriátrico invadido de Magrebíes, Pakistaníes y Subsaharianos en el que languidecen cuatro viejos que no se respetaron a sí mismos.
Si tienen suerte, esta panda de niñatos acéfalos que creían que tenían todos los derechos y que habían descubierto Jauja -perdón, el Estado del Bienestar y de los Derechos Sociales-, servirán de camareros a turistas Chinos y váyanse preparando, porque dentro de poco, ni siquiera el meridiano cero no pasará por Greenwich sino por Singapur.
¡Estúpidos!
Digno de encomio ha de ser empeñarse en dilatar la ejecución del euro cuando, en el fuero interno, sábese, como se sabe que se ha de morir, que está más que sentenciado y agarrotado por el Hado, y ya güelele a muerto hasta a una gallina clueca por más que se empeñen en mantenerlo vivo a fuer de transfusiones. No se afanen más, rigorosos juramentados hipocraticoeconómicos de la UE, y déjenle expirar en paz y en tiempo de acuerdo con los santos preceptos del bene moriendi. Que desenlace tan triste mas tan liberador, ya lo pronunció, más de un año ha, mi negra bruja Kakakabula y ésta no falla ni una: Donde pone el ojo, pone la mortaja.
Loboe. Totalmente de acuerdo, pero yo confío en que en toda Europa quede al menos una Asturias-Castilla y Aragón-España chiquitita que pueda empezar a revertir la situación. Muy poquitos quedaron entonces y muy poquitos tendrán que quedar ahora para darse cuenta en serio de la realidad.
Muchos, ya no lo veremos, pero prevaleceremos. Yo ya aro, con el escudo y la espada sujetas a la espalda.