En estas semanas, que se combinan los días más intensos de compras de Reyes con el principio de las rebajas, son también la época en que más se usan las tarjetas de crédito y débito y también cuando se producen más incidentes. Así en el mes de diciembre y enero se concentra casi el 15% de incidencias por pérdida y robo, cifras que se duplican en algunas regiones como Madrid.
El resultado suele ser intentar usar la tarjeta para acceder a nuestra cuenta por un cajero automático o para realizar compras fraudulentas, problemas que lejos de disminuir con nuevos dispositivos de seguridad como el uso del Chip y el PIN, no dejan de aumentar.
Por ello, desde el comparador de bancos iAhorro.com y Libertad Digital, le recomendamos los siguientes consejos para que tener y usar una tarjeta bancaria no suponga un quebradero de cabeza.
1. Límite y control de saldo:
Aunque el código europeo de buenas prácticas bancarias establece que el titular responde de los daños o perjuicios que resulten de la pérdida o robo del medio hasta el momento en que lo notifique hasta un límite máximo que no excede de 150 euros, salvo negligencia grave, si usan la tarjeta, primero paga el ciudadano y tras mucho reclamar entonces devolvería el banco.
Por ello, llevar en el bolsillo una tarjeta con un límite de crédito muy elevado no aumenta las posibilidades de fraude, pero sí su cuantía. Existiendo en el mercado muchas tarjetas sin comisiones, es preferible tener varias con un saldo pequeño que concentrar el riesgo en una sola.
2. Comprobar y escoger los cajeros automáticos:
Los robos y manipulaciones a pie de cajero son también más frecuentes. Por ello, si tenemos la opción de retirar efectivo en un cajero interior de un banco suele ser más seguro al ser más difícilmente manipulables, pero en todo caso comprobemos antes el cajero para intentar detectar que no hayan instalado un dispositivo que escanee nuestra tarjeta y siempre proteger con la mano al introducir el PIN y así evitar su grabación.
3. PIN seguro:
Además de no llevarlo nunca anotado cerca de la tarjeta, tampoco use número que puede ser intuido al robarle o extraviar otra documentación como el DNI, como puede ser su fecha de nacimiento. Igualmente, ahora que se usa en el pago en comercios, evite siempre que pueda ser visto por personal del establecimiento o por otros compradores.
4. Controle su correo:
Uno de los últimos grandes fraudes por tarjeta de crédito ha sido el de una red que sustraía los plásticos de los buzones de correo. Por ello, si existe la opción de recogerla en la sucursal, aunque más incómodo, es preferible a su envío aun recibiendo en correos distintos el PIN de la tarjeta. Igualmente, gestione adecuadamente los extractos e información bancaria que reciba, los contenedores de papel son vaciados sistemáticamente no sólo para vender su contenido al peso sino también para hacerse con información bancaria de gran valor.
5. No pierda de vista su tarjeta:
Aunque el uso de tarjeta con PIN ha hecho que incluso en restaurantes nos lleven terminales inalámbricos a la mesa para finalizar el pago, hoy en día sigue habiendo lugares como hoteles y, especialmente, establecimientos en algunos países extranjeros donde podemos perder de vista nuestra tarjeta y ser copiada con un escáner de mano. Extreme sus precauciones en todos estos casos.
6. Dese de alta en un sistema de avisos:
Gracias al teléfono móvil y a los SMS, la mayoría de los bancos nos pueden informar de los movimientos de nuestra tarjeta. Aun siendo en algunos casos un servicio de pago, evalúe las grandes ventajas que le ofrece esta seguridad adicional.
8. Lleve en un lugar separado de la tarjeta el teléfono para darla de baja:
Como hemos visto es básico para cualquier reclamación darla de baja lo antes posible, lleve estos teléfonos que suelen ser distintos si está usted en España o en el extranjero.
9. Máxima precaución también en las compras online:
Los pagos por Internet son cada día más seguros. No obstante, si es de los más precavidos, existen tarjetas prepago que podemos recargar con el importe exacto de nuestra compra. Si nos fiamos más de las compras en la red tampoco debemos bajar la guardia. En Internet la información básica no es el PIN, lo es el número de la tarjeta, la fecha de caducidad y el código CCV que viene en la parte posterior a la misma, nunca se lo proporcionemos a nadie fuera del entorno de pago y menos telefónicamente o por e-mail. También hay que comprobar siempre que la dirección del sitio de compra empieza con https://, lo cual nos indica que es una conexión protegida.
Extremar la seguridad nos puede evitar más de un disgusto. Celebremos las fiestas sin preocupaciones ajenas a la tradición habitual.
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