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tras un año en vigor

El desastroso balance de la Ley Antifumadores

Los argumentos en contra toman fuerza: la gente no deja de fumar y los hosteleros pierden.

El paisaje en España ha cambiado. Ahora, en cualquier establecimiento de ocio que se precie no puede faltar una buena aglomeración de fumadores a sus puertas. El fumador, esa especie que ha sido perseguida por un Gobierno prohibicionista y radical, pero una especie a la que pertenecen más de 12 millones de personas en España al fin y al cabo.

La Ley Antitabaco endurecía la normativa de 2006 hasta el extremo. Se prohibía fumar en todos los locales públicos cerrados sin excepción (restaurantes, bares, cafeterías, discotecas, bingos, casinos…). No habría posibilidad de distinguir entre establecimientos para fumadores y libres de humo, tampoco se podrían implantar cubículos para fumadores e, incluso, el veto se extendería a algunos espacios abiertos como los parques infantiles, los recintos hospitalarios y los escolares, convirtiéndose así en todo un referente mundial en lo que a la "disposición de aire" libre de humos se refiere.

La norma se ha cumplido en la mayoría de los negocios, pero hay un amplio abanico de alternativas a la Ley. Algunos empresarios se rebelaron, otros han continuado rebelándose, los hay que prefieren sacar los ceniceros a cierta hora de la noche y olvidarse de su obligatoriedad y los hay que han optado por trasformar su negocio en un club de fumadores. Los hosteleros haben balance un año después de su entrada en vigor, y si en algo están de acuerdo es en las pérdidas económicas que la nueva Ley ha ocasionado al sector.

 

La postura de los hosteleros un año después

"A la crisis se le ha añadido la peor medida que se podría imponer, con extremismo y una radicalidad totalmente innecesaria", asegura Emilio Gallego, secretario general de la Federación Española de Hostelería (FEHR), en declaraciones a Libre Mercado.

En febrero de este año FEHR publicaba un informe donde revelaba que la Ley había hecho perder a los hosteleros un 19% en su segundo mes de vigencia. El 80% de los empresarios había sufrido caídas de la facturación, siendo el ocio nocturno el sector más perjudicado.

Emilio Gallego continúa señalando a los locales nocturnos como los principales afectados, pero quiere destacar también a los bares de conveniencia, "esos donde el fumador asociaba el café y la caña con el cigarro a media mañana", explica. "Este ha sido un buen año para el turismo y eso ha sido el aliado de los establecimientos de las zonas más céntricas de las ciudades, pero no hay que olvidarse de las pérdidas económicas que han sufrido tanto los bares de la periferia y como de las zonas rurales", apunta.

Otra de las consecuencias que señala Gallego son las dificultades en la convivencia que generan actividades ligadas al cigarro como es el botellón. "La Ley Antitabaco empuja a la gente a consumir en la vía pública. Hay más ruido, suciedad y un consumo excesivo". Desde FEHR informan de que ya se han dirigido al nuevo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para buscar una solución intermedia: "En otros países como Francia, Alemania, Holanda o Austria se han hecho las cosas de otra manera, dándole una opción al fumador para decidir."

Estadísticas erróneas

Según el Comisionado para el Mercado de Tabacos, la venta de cigarrillos ha caído un 17% interanual hasta el pasado noviembre. Achacar este dato al "éxito" de la entrada en vigor de la Ley Antitabaco no tiene ningún sentido, ya que son muchos los factores que han influido en esta cifra y que no tienen nada que ver con el descenso real del número de fumadores en España.

Hay dos motivos principales, uno ha sido el impacto de la crisis económica y otro el aumento del precio de la cajetilla de tabaco (ligado directamente con la subida de impuestos), que ha provocado que muchos clientes cambien sus hábitos de consumo sustituyendo los cigarrillos por modalidades de tabaco más baratas, como son los cigarros, la picadura de liar o la picadura de pipa.

Si la picadura de liar había sido el producto estrella en los últimos años, ahora es la picadura de pipa la que triunfa en el mercado. En concreto, hasta noviembre de 2011 sus ventas se han disparado más de un 280%, mientras que las de tabaco de liar han caído un 6,6%, según datos oficiales. Dicho de otra forma, hasta noviembre de 2010 se vendieron en España 322.240 kilos de picadura de pipa, y tan sólo un año después se vendió la friolera de 1.247.151 kilos. La explicación de este repunte es el diferencial de precio entre ambos productos debido a la alta presión fiscal que sufre la picadura de liar a diferencia de la pipa. 

Tras percatarse del repunte de la demanda del tabaco de liar, en julio de 2009 el Ejecutivo decidió establecer dos tipos de impuestos sobre esta picadura: uno específico a la producción, fijado en seis euros por kilo, y otro mínimo de 50 euros, que incrementaron el coste de la picadura en más de un 52%. La última subida de impuestos se produjo en diciembre de 2010, el tipo específico quedó fijado en ocho euros por kilo y el mínimo en 75. De nuevo, el precio de este tabaco volvió a aumentar un 45%. 

Como la picadura de pipa (está incluida en la categoría otras labores) no posee, por el momento, ni impuesto mínimo ni impuesto específico que grave su producción, los fumadores se han pasado a este producto para liar sus cigarrillos, ya que se ahorran hasta un 75%. Otros productos que han visto incrementadas sus ventas respecto al año pasado, y que casualmente tampoco están gravados con impuestos mínimos y específicos, han sido los cigarros (puros) y los cigarritos (puros que vienen en cajetillas y son muy parecidos a los cigarrillos), con un repunte del 23,6%.

Si a todo esto le sumamos la aparición de un fenómeno que hasta hace algunos años apenas tenía incidencia en España, como es la venta de cajetillas de contrabando, los datos cuadran. Se trata de perfectas falsificaciones de las marcas más vendidas del mercado procedentes en el 90% de las ocasiones de China. Se distribuyen por toda España y se venden en todo tipo de establecimientos, como tiendas de ultramarinos, bares o kioskos.

A principios de año, las grandes multinacionales del tabaco situaban las ventas de cigarrillos de contrabando en el 6% del total. En septiembre, Altadis, la antigua tabacalera española, elevaba está cifra hasta el 16%, llegando a alcanzar de manera alarmante el 28% de las ventas en el sur de España.

El PP no modificará la Ley

Si a dos semanas de las elecciones el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, insinuaba que podría modificar la Ley Antitabaco para establecer áreas separadas de fumadores y no fumadores en los locales de ocio, ahora el Ministerio de Sanidad vuelve a cerrar el debate. Fuentes del Ministerio han asegurado que el organismo no tiene previsto realizar modificación alguna, tras recordar que la reforma de esta ley no estaba incluida en el programa electoral del PP.

"Me gustaba más la primera Ley porque obligó a mucha gente a hacer obras y se gastaron dinero, y dijeron que habría una zona para fumadores y otra para no fumadores", explicaba Rajoy en una entrevista a Antena 3. Tras ser preguntado por si permitiría que se habilitasen espacios para fumadores, el candidato a la Presidencia decía lo siguiente: "Las soluciones extremas no son buenas, prueba de ello es que la mayoría de la gente está en contra de la actual Ley, que prohíbe fumar en cualquier parte".

Pero no sólo Rajoy se había pronunciado al respecto. Días después, la ex ministra de Sanidad y actual ministra de Fomento, Ana Pastor, secundaba las palabras de su presidente, pero añadía un matiz: "Estoy totalmente de acuerdo con la idea de Mariano Rajoy de flexibilizar la Ley del Tabaco, pero también con no jorobar la vida a la gente".

En Libre Mercado

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