Uno de los más importantes cambios en la composición del Gobierno puede que sea el que pase más desapercibido. Mariano Rajoy presidirá la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. El nuevo presidente no quiso explicar nada más en su primera comparecencia pública en Moncloa, en la sala de los tapices. Ahora sólo hay que esperar el mapa de competencias, que será publicado el jueves por decreto.
Esta Comisión, que siempre es uno de los organismos clave del Gobierno, adquiere en esta legislatura una importancia singular. Con varias reformas clave en la carpeta de pendientes del nuevo Ejecutivo, será imprescindible una gran coordinación entre los ministerios. Por ejemplo, de nada servirán las políticas de austeridad de Cristóbal Montoro si Luis de Guindos abre la mano al sector bancario o Ana Pastor decide disparar el gasto en infraestructuras.
Todas las grandes leyes que apruebe el Gobierno de Mariano Rajoy tendrán que estar completamente alineadas en sus objetivos. Y para eso será clave el trabajo de la Comisión. En los últimos días se especulaba mucho con quién sería el encargado de dirigirla. Aunque no tendría la visibilidad de un ministro, sería casi como un vice-presidente en la sombra, con un enorme poder. Pero Rajoy ha decidido quedarse con ese puesto. Quiere coordinar personalmente todo lo que ocurra en esta área, lo que da una idea precisa de lo importante que es para él la cuestión. En realidad, su mandato se juega casi por completo en el tablero económico y el político gallego controlar todas las fichas.