Desde que las encuestas comenzaron a dar a Rajoy claro vencedor en los comicios generales, el nombre de la persona que ocuparía la cartera de economía era la incógnita a despejar de cara al nuevo Gobierno. Analistas internacionales, gurús económicos y prensa especializada colocaron muy pronto al ex secretario de Estado de Economía (2002-2004) con José María Aznar, Luis de Guindos, en el disparadero.
Nacido en enero de 1960 en Madrid, Luis de Guindos se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por CUNEF y pertenece al cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado.
Entre otras cosas, ha sido Socio-Consejero de AB Asesores, Secretario de la Revista "Información Comercial Española", vocal asesor del Secretario de Estado de Economía y Jefe del Gabinete Técnico de la Secretaría General de Comercio.
En 1996 fue nombrado director general de Política Económica y Defensa de la Competencia, y en mayo de 2000 fue nombrado secretario general de Política Económica y Defensa de la Competencia. En 2002 fue nombrado secretario de Estado de Economía, durante la segunda legislatura de Aznar. También ha ocupado la Secretaría de Estado de Energía, Desarrollo Industrial y de la Pequeña y Mediana Empresa.
Tras la salida del PP del Gobierno en 2004, fue asesor para Europa de Lehman Brothers, y más tarde responsable de la división financiera de Price Waterhouse, donde aún desarrolla parte de su actividad profesional. Actualmente es profesor del Instituto Empresa y se mantiene muy ligado a la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) donde es habitual en los observatorios económicos que preside Juan Velarde.
Las principales críticas que ha recibido desde medios progresistas, sobre todo de El País, le atribuyen las afirmaciones de los observatorios económicos de FAES donde se han propuesto medidas como que "hay que vender las empresas públicas, rebajar los costes de despido", o que es necesario eliminar las agencias públicas, o cambiar el sistema de financiación de las pensiones introduciendo libertad de mercado en un grado mayor que el actual en la economía. De estas, Luis de Guindos firmó la siguiente: "Rajoy ha lanzado un mensaje claro y diáfano: austeridad y reformas para defenderse dentro del euro". Ahora, algunas publicaciones de Prisa como Cinco Días avalan esas políticas desde sus editoriales.
Su última intervención en FAES:
"El problema de la desaceleración económica es, en primer lugar, que dado que hay un volumen de deuda muy elevado en el mundo cualquier mala noticia sobre el crecimiento económico afecta inmediatamente a la percepción de la potencialidad del sector privado y del sector público para pagar la deuda. Esto es lo que está detrás del nerviosismo de los mercados de capitales"
"El objetivo fundamental de lo que debería ser la política económica es dirigirse a generar la confianza y la credibilidad necesarias para que efectivamente el cierre de los mercados actual se modifique"
"Lo importante es la corrección de los desequilibrios de la economía española. Hace falta austeridad, que es una prioridad clarísima, aunque no suficiente"
"La reducción del déficit público es importante porque, si no, no nos van a financiar"
"Lo más urgente es poner las bases para que efectivamente se genere ese elemento de credibilidad y de confianza sobre la capacidad recuperación de la economía española en los próximos trimestres. Y eso se hace con reformas económicas"
"España tiene enormes dificultades por su mercado laboral, por la situación del sistema financiero y del sector bancario, tiene dificultades en el ámbito de las administraciones territoriales... Eso desde luego lo estamos pagando ahora"
"Pero también, y este es el elemento de esperanza, es que hay un margen de mejora notable de la economía española cuando se tomen las medidas adecuadas. Lo importante es mantener la capacidad y la autonomía del futuro gobierno para llevar a cabo las reformas que hay que hacer. Y yo estoy convencido de que esto será así"