La cúpula de la Sala de Derechos Humanos y Alianza de Civilizaciones en el Palacio de las Naciones que la ONU tiene en Ginebra, obra del artista Miquel Barceló, nació envuelta en la polémica tanto por el elevado coste de su realización como por lo discutible de su resultado estético. De hecho, los 20 millones de euros invertidos en la remodelación de la estancia tuvieron que ser ampliados para sostener la que fue denominada "La Capilla Sixtina del Siglo XXI" ante su derrumbe parcial y el riesgo de que se viniera completamente abajo en el momento de su inauguración.
Sin embargo los problemas no parecen haber acabado ahí. Tres años después de su realización, la obra del artista mallorquín, caracterizado por su apoyo a Z, parece necesitar de nuevos retoques que permitan a las generaciones futuras contemplar la grandeza de este espacio simbólico financiado principalmente a gracias al bolsillo de los contribuyentes españoles.
De esta forma, el Gobierno de ZP, en pleno proceso de traspaso de poderes y a menos de una semana de su salida definitiva del poder, ha sido capaz de otorgar una nueva subvención directa al chiringuito de la ONU dedicado a estos temas (ONUART) por el importe referido que, según la resolución publicada en el BOE, tendrá como fin primordial "sufragar los gastos derivados de la ingeniería y la intervención plástica en la Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones del Palacio de las Naciones de Naciones Unidas de Ginebra".
La subvención ha salido del presupuesto del ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, a través de un Real Decreto que, como es preceptivo, ha sido validado por S. M. D. Juan Carlos I.