Si antes de la crisis ser ingeniero o arquitecto era sinónimo de bonanza económica, ahora estos trabajadores cualificados están sufriendo los estragos de la crisis económica en España. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha llevado a la quiebra a muchas de las empresas en las que trabajaban, y la implantación de nuevas medidas de austeridad por parte de las Administraciones ha reducido (y en algunas Comunidades Autónomas casi extinguido) cualquier proyecto de obra pública para el futuro, esos que antes no podían faltar en ningún programa político de éxito.
Hay que dejar claro que a día de hoy no sólo ha aumentado el desempleo de estos profesionales sino que muchos de los que siguen en activo han visto reducido considerablemente su salario. Debido a que en el sector nacional no se observa ni un atisbo de recuperación, los arquitectos y muchos ingenieros ligados al sector de la construcción están viendo en el extranjero la única vía para reconducir su futuro laboral.
Los datos así lo demuestran. En España las ofertas de trabajo para arquitectos, ingenieros de Obras Públicas y de Caminos brillan por su ausencia. Al comparar la evolución de las ofertas destinadas a este gremio, que recoge Infojobs (la mayor bolsa de empleo del país), los resultados son desoladores. En los tres últimos años los empleos requeridos para los arquitectos han disminuido un 62,5%; para los ingenieros de Caminos, Canales y Puertos un 66%; y para los ingenieros de Obras Públicas, los que se llevan la peor parte, se han desplomado un 77%.
A los arquitectos se les baja el sueldo
En la actualidad, el 26,7% de los arquitectos españoles se encuentra en paro. Un dato menor que el de 2010, cuando se encontraban sin trabajo el 32,4% de los titulados. Pero el motivo de este descenso no se debe a que haya aumentado la actividad de este sectot sino a que el 7,5% de estos profesionales emigró a otro país en 2011 para buscar trabajo. De hecho, el 65,6% de los arquitectos no dudaría en hacer las maletas en caso de encontrar alguna oportunidad laboral en el extranjero, según datos del Sindicato de Arquitectos (SARQ).
No es de extrañar que la fuga de cerebros haya tomado fuerza en España en los últimos tiempos. Actualmente, el sueldo medio de este colectivo se sitúa en 15.842,89 euros brutos al año, mientras que los que trabajan en el extranjero afirman cobrar una media de 24.564,71 euros, un 55% más que en España.
"Muchos de mis compañeros de clase y yo mismo ya estamos buscando trabajo fuera de España porque aquí no hay nada, sobre todo para los recién titulados que no tenemos experiencia. En mi caso por lo menos sí que he hecho prácticas, fue en un ayuntamiento, pero las tuve que hacer gratis porque, según me dijeron, no tenían dinero para nada.", explica Jon Ander, un joven que ya está en el último curso de arquitectura.
En cuanto a los destinos favoritos para buscar una nueva oportunidad laboral, cerca de la mitad los arquitectos de decanta por Europa, una preferencia a la que le siguen muy de cerca Norteamérica y Sudamérica.
La obra pública desaparece
Desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas existe una gran preocupación por la escasez de inversión en nuevas infraestructuras en España y por las escasas perspectivas de que la situación cambie a medio plazo.
"La situación laboral es un desastre, ahora no hay nada de nada. Yo ni siquiera pude acabar las prácticas de mi proyecto de fin de carrera. Estábamos haciendo una circunvalación en Burgos, la obra iba a durar seis meses y a los tres meses la pararon diciendo que no había presupuesto", certifica Feliz López, de 26 años, titulado en esta rama de ingeniería.
Actualmente, un 10% de los colegiados se encuentra en paro, cuando antes de la crisis el desempleo en este colectivo era prácticamente inexistente. Según el Colegio de Ingenieros, todavía no se puede afirmar que exista una fuga de cerebros como tal, pero de lo que no tienen duda es de que muchos titulados ya están buscando trabajo fuera de España. "Lo que sí que hemos notado es que en 2011 hemos recibido diversas consultas sobre los trámites a seguir para homologaciones de títulos o sobre el reconocimiento que tiene el título a nivel internacional, consultas que hace dos o tres años no se hacían", asegura Joan Romaní, vicepresidente de la entidad.
En cuanto a los destinos preferidos para encontrar trabajo en este ámbito, destacan los países emergentes de Sudamérica (Brasil y Colombia) o del Este de Europa (Polonia), ya que están realizando fuertes inversiones en obra pública. Otros países europeos, como Alemania e Inglaterra, también están demandando más ingenieros de esta especialidad.
Exceso de titulados
Otro de los problemas que está sufriendo este gremio son los desequilibrios existentes entre oferta y demanda de ingenieros, o lo que es lo mismo, el exceso de títulos que se han expedido. Como antes el ingeniero titulado ingresaba automáticamente en el mercado laboral, muchos jóvenes escogieron esta profesión como la mejor salida profesional, pero ahora está resultando muy difícil su colocación.
En concreto, hace tres años los ingenieros de Caminos tenían una tasa de paro simbólica (1%), pero ahora alcanza el 9%. Todo ello está empujando a los titulados a emigrar, aunque en algunos casos el idioma supone una dificultad añadida. "Mucho se habló de que Merkel vino a buscar ingenieros, pero en Alemania el idioma es un problema. Lo que sí es cierto es que la semana pasada estuve en Brasil intentando realizar un convenio para conseguir mandarles ingenieros", asegura Edelmiro Rúa, presidente del Colegio de Ingenieros Canales y Puertos de España.
En cuanto a las diferencias salariales, Rúa asegura que con respecto a Europa, en España no hay mucha diferencia de sueldos, "pero en Brasil, por ejemplo, los ingenieros cobran cerca de un 50% más que aquí porque hay mucha inversión y muy pocos titulados. En nuestro país los salarios no han bajado, de entrada, debido a la crisis económica, la diferencia es que ahora las empresas pueden elegir con qué trabajador se quedan, cosa que hace cuatro años era muy difícil porque estaba todo el mundo trabajando".
El problema que se les presenta los profesionales con más experiencia a la hora de marcharse al extranjero son sus ataduras familiares. En esto coincide tanto el presidente del Colegio de Ingeniero de Caminos como los titulados en esta rama. Así, según explica Óscar Martínez, de 36 años, "llevo nueve meses en el paro debido a que mi empresa redujo su plantilla en más de un 40%. Estaría dispuesto a irme al extranjero, pero dependiendo de las condiciones ya que tengo dos niñas pequeñas en edad escolar".