Adrià Rodríguez, miembro del 15-M en Barcelona, declaró a Rebeca Carranco de El País: "Una renta básica universal nos sacará de la crisis y romperá la precariedad". Si es así, es algo verdaderamente básico y conviene prestarle atención.
¿De qué estamos hablando? Así lo explica don Adrià: "Un salario mínimo, garantizado, incondicional y universal para todo el mundo". Parece que el benéfico movimiento está discutiendo la medida y "todavía no ha acordado una cantidad mínima", si será igual o inferior al SMI. Pero pronto se pondrán de acuerdo, claro, porque siempre es fácil ponerse de acuerdo en recibir un dinero que pagan otros. Ya veremos quiénes. De momento, sigamos con el señor Rodríguez, que explica que la renta básica es un derecho que todos tendrán por el hecho de nacer: "Hasta los 18 o los 20 años, recibirías la mitad. A partir de entonces, la totalidad".
Rebeca Carranco apunta con razón que ya existe la Renta Mínima de Inserción, pero a don Adrià no le gusta, y cree que la renta básica es mejor: "Es para todo el mundo y acaba con la estigmatización". Si todos lo cobran, no hay estigmas, claro. Pero ¿y los que lo pagan? Don Adrià lo tiene resuelto: "Con un impuesto que gravase con un 0,5% las transacciones financieras europeas se aseguraría una renta básica de 341 euros para los europeos".
Aquí empiezan los problemas. El derecho a la renta básica impone un grado de coacción, que don Adrià y muchos otros dejan sin resolver o alegan que, en fin, un 0,5 % es un porcentaje pequeño ¿no? Pues la verdad es que no sabemos si es pequeño o grande, no sabemos qué consecuencias podrá tener, aunque sí podemos sospechar que lo pagarán los mismos ciudadanos a los que se pretende beneficiar.
El señor Rodríguez no analiza el problema: se limita a dar por sentado que este impuesto y la redistribución hacia la renta básica nos sacarán de la crisis, pero no atina con la demostración, y recurre a consignas vacías del estilo "es un cojín de seguridad y estabilidad", que permitirá que las personas se "dediquen a lo que más le gusta, que es también donde más pueden aportar". Una especie de pensamiento mágico sin contenido relevante.
Hablando de pensamiento mágico, cree seriamente que el gobierno socialista "ha aplicado el neoliberalismo como nadie antes", o sea que el neoliberalismo es aumentar los impuestos, los gastos, la deuda, las prohibiciones, las multas, los controles, etc.