Tras la caída de Dexia y los problemas de los bancos franceses, la banca alemana también está siendo golpeada por la crisis de deuda en la zona euro. Las entidades europeas precisan captar capital extra antes de verano de 2012 para cumplir con los nuevos requisitos exigidos por los reguladores comunitarios, pero la operación no está exenta de grandes dificultades a la vista de la desconfianza inversora que impera en la Unión Monetaria ante el riesgo de insolvencia de varios estados miembro, tras las quitas ya aplicadas a la deuda pública de Grecia.
Es por ello que la supervivencia del Commerzbank, el segundo mayor banco alemán, está en juego, hasta el punto de que Berlín no descarta nacionalizar por completo la entidad si es preciso, según informe el diario germano Spiegel.
En la actualidad, el Estado posee el 25% del capital de la entidad tras los rescates bancarios acontecidos tras el estallido de la crisis financiera en 2008, pero el Gobierno de Merkel estudia ahora su completa nacionalización (hacerse con la mayoría del capital). Así, según fuentes oficiales, si Commerzbank no logra reunir el capital suficiente para el próximo verano, Berlín quiere reactivar el Fondo Especial de Estabilización de Mercados Financieros (Soffin), comprando así de acciones adicionales del banco.
La dirección de la entidad está trabajando contrarreloj para evitar tal escenario. Entre las distintas alternativas existentes, contempla la venta privada de Hypo, su filial de negocio hipotecario, restringir el crédito (volumen de negocio) o ampliar su capital para captar nuevos inversores; asimismo, ofreció recomprar instrumentos híbridos de capital por valor de 600 millones de euros para cumplir las nuevas exigencias reguladoras europeas e internacionales (cuenta con instrumentos híbridos por un valor nominal de 2.230 millones de euros).
La entidad necesita, en principio, 5.000 millones adicionales para cumplir las nuevas exigencias de capital de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), según diversas informaciones, por lo que baraja diferentes medidas para aumentar su capital sin recurrir a la ayuda estatal.
Aunque la acción coordinada de los bancos centrales adoptada la semana pasada para extender y abaratar la liquidez al sistema financiero europeo ha sido acogida con entusiasmo por la banca y las bolsas, esta medida tan sólo supondrá un alivio transitorio a la banca continental en caso de que no se corrijan los problemas de solvencia que padecen diversos estados de la zona euro. Los inversores evitan las acciones de los bancos europeos debido al impacto de la crisis de deuda soberana en sus balances y, para empeorar las cosas, el sector registrará una menor rentabilidad el próximo año como consecuencia de las nuevas exigencias regulatorias y la sombra de la recesión que nuevamente se cierne sobre la economía europea.
Ante tal situación, y ante el riesgo de que no pueda recaudar el capital preciso, Berlín estudia ya la opción de hacerse con la entidad, ya sea ampliando su presencia en su capital, ya sea adquiriendo su filial hipotecaria.