La Junta de Andalucía mantiene una línea anual de subvenciones para financiar a las entidades públicas y privadas dedicadas a la recuperación de la denominada "memoria histórica", además de mantener una estructura administrativa pagada con fondos públicos y encabezada por un "comisariado"(sic).
Pero no acaba aquí la preocupación de la comunidad autónoma presidida por el socialista Griñán por difundir las premisas ideológicas que integran el operativo de recuperación de la llamada "memoria histórica". Desde el pasado 2010, la Junta de Andalucía también concede sus premios anuales para distinguir públicamente a las organizaciones que más se hayan significado en la difusión de esa particular memoria, distribuidos en seis modalidades dotadas con tres mil euros cada una de ellas.
En concreto la Junta de Andalucía premiará las conductas personales de carácter ejemplar en la difusión de la memoria histórica o la mejor labor de investigación. También la entidad "sin fin de lucro" más preocupada por estas cuestiones recibirá su premio, al igual que aquella persona o institución que más haga por difundir en el ámbito de la educación los distintos aspectos que se pretenden hacer valer con este vasto programa de revisión histórica.
Como resulta evidente que esta operación de la llamada "memoria histórica" es una iniciativa subvencionada por todos los poderes públicos, la propia orden por la que se convocan estos premios establece que la percepción de la cantidad correspondiente a cada galardón será compatible con la percepción de cualquier otra ayuda pública.