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El refuerzo del Fondo de rescate europeo será papel mojado por culpa de París

S&P amenaza a Francia con recortar su triple A. Si París pierde su máxima nota, el refuerzo del Fondo de rescate europeo servirá de poco.

El actual Fondo de rescate europeo (EFSF, por sus siglas en inglés) será reformado para poder ampliar su capacidad de conceder créditos a los países y bancos europeos en problemas. Sin embargo, el funcionamiento de este fondo descansa sobre las grandes potencias de la zona euro que aún conservan la máxima calidad crediticia (triple A). Y el problema es que las dudas sobre el rating de Francia crecen por momentos. Una rebaja de la deuda gala pondrá en grandes dificultades la estructura misma del EFSF.

En este sentido, Standard & Poor's (S&P) podría recortar en apenas 10 días la perspectiva de ráting de Francia a 'negativa', un paso previo a una eventual bajada, según publica el diario galo La Tribune. El diario añade que S&P se había planteado incluso comunicar la rebaja de su perspectiva de ráting el pasado viernes, coincidiendo con el recorte crediticio aplicado a la vecina Bélgica, hasta AA, pero finalmente decidió posponer la medida.

Este anuncio coincide con la negociación que en estos momento se está produciendo entre los ministros de Finanzas del Eurogrupo (Ecofin) sobre los detalles técnicos del refuerzo del Fondo de rescate. El Ecofin trata de cerrar este martes un acuerdo para reforzar el fondo de rescate de la UE y habilitarlo para que pueda avalar parte de las nuevas emisiones de deuda de España e Italia. La Comisión sigue considerando esencial este refuerzo para frenar el contagio de la crisis griega, aumentando la demanda de bonos de ambos países y reduciendo sus costes de financiación.

Sin embargo, el Eurogrupo no logrará la meta de que el fondo alcance, mediante el apalancamiento, una potencia de un billón de euros, como se habían comprometido los líderes europeos. El propio director del fondo, Klaus Regling, ha admitido que la potencia podría quedarse en la mitad de esta cantidad por el agravamiento de las turbulencias financieras y el escaso interés de los países emergentes en contribuir al rescate de la eurozona, según la prensa alemana.

La aprobación de las nuevas reglas operativas por parte del Eurogrupo permitirá que el fondo pueda empezar a utilizar sus nuevos poderes, como comprar bonos en el mercado primario y secundario, dar líneas de crédito preventivas a los países en crisis o recapitalizar bancos.

Los ministros se habían marcado como objetivo que el fondo de rescate reforzado empezara a actuar ya en diciembre. Pero la complejidad del sistema podría provocar un nuevo retraso al menos hasta enero, un plazo que podría ser excesivo teniendo en cuenta el continuo aumento de los intereses de los bonos de Italia, España o incluso Francia.

Las reglas operativas especifican que el Fondo de rescate ofrecerá una protección parcial de entre el 20% y el 30% a los inversores que compren nuevas emisiones de bonos de países con problemas, dependiendo de las circunstancias del mercado. El certificado de protección podrá desvincularse del bono y comercializarse por separado, pero el inversor tendrá que tener los bonos del país en su posesión antes de cobrarlo. El certificado se activará, en efectivo o en bonos del Fondo de rescate, si el Estado en cuestión deja de pagar parte de su deuda, incluso aunque sea mediante un acuerdo voluntario con la banca, como ha hecho Grecia, informa Europa Press.

El Fondo, que no tiene capital propio sino que funciona con avales de los países de la eurozona para obtener fondos en los mercados, se dotará de una reserva de capital de 10.000 millones para poder reaccionar rápidamente frente a necesidades urgentes con emisiones de instrumentos a corto plazo, según se indica en las reglas operativas. Los ministros se plantean además que el mecanismo inicie subastas mensuales regulares de letras y bonos, de acuerdo con un calendario publicado trimestralmente y con un máximo de 20.000 millones al mes.

El Fondo de rescate sólo tiene disponibles en la actualidad 250.000 millones de euros, porque el resto ya se ha comprometido para Portugal, Irlanda y el segundo rescate de Grecia. Todos los analistas consideran que esta cantidad es insuficiente para ayudar a Italia y España.

Sin embargo, en caso de que Francia pierda su triple A ni siquiera el apalancamiento del EFSF servirá para calmar a los mercados, ya que su calidad crediticia (triple A) depende directamente de que las grandes potencias europeas, básicamente Francia y Alemania, conserven su máxima calidad crediticia. Si Francia pierde su rating, las emisiones del Fondo se encarecerán e, incluso, pondría en riesgo su triple A si Alemania se niega a incrementar su aportación de garantías.

En este sentido, la agencia Fitch señala que una rebaja al rating de Francia reducirá de forma sustancial la capacidad de endeudamiento del EFSF, cuya potencia resultaría insuficiente para frenar la actual tensión que vive el mercado de deuda español e italiano. De hecho, según fuentes diplomáticas de la UE, esta amenaza sobre la triple A gala es, precisamente, lo que ha disparado la presión sobre la canciller alemana, Angela Merkel, durante los últimos días para que, de cara a la próxima Cumbre Europea del 9 de diciembre, permita incrementar de forma sustancial las compras de deuda pública por parte del Banco Central Europeo (BCE). "El BCE sigue siendo la única opción", advierten.

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