iAhorro.com analiza la paradoja de que los mercados otorguen mayor riesgo al Estado que los particulares a los bancos.
Esta crisis económica nos está dando verdaderas sorpresas; ocurren situaciones que, al menos a primera vista, son incomprensibles. Una de ellas, relacionada con la prima de riesgo de España, es la rentabilidad que los inversores exigen a la deuda pública española, en relación a la rentabilidad que ofrecen las entidades financieras en sus mejores depósitos a plazo fijo.
Los productos financieros se suelen analizar en función de 3 variables principales:
- Precio o rentabilidad que ofrecen.
- Riesgo de no ganar rentabilidad alguna o, incluso, de perder parte o el total del dinero invertido.
- Liquidez o facilidad en convertir el activo financiero en dinero en efectivo.
En situaciones normales, a mayor riesgo o menor liquidez, el inversor exige mayor rentabilidad (o menor precio, que es lo mismo), y viceversa.
Veamos primero la liquidez de los depósitos a plazo fijo de los bancos y de la deuda pública:
Si abrimos un depósito en un banco o caja, en realidad le estamos dejando el dinero a un vencimiento determinado. Con este dinero, la entidad financiera da préstamos a un tipo de interés superior o lo invierte en otros productos. Si queremos cancelar el depósito porque necesitamos liquidez, el banco nos lo abona en cuenta a cambio normalmente de una penalización sobre los intereses (comisión por cancelación anticipada).
La deuda pública, en cambio, tiene un vencimiento determinado, momento en que nos pagan el nominal y los intereses implícitos. Sin la existencia de un mercado secundario, comprar bonos a 10 años implicaría esperar una década a percibir intereses; una locura para cualquier inversor normal. Sin embargo, la deuda pública se cotiza cada día en el mercado secundario y uno puede vender en cualquier momento su deuda y convertirla en dinero; con mayor riesgo, eso sí, ya que la venta se hace a precio de mercado, y el ahorrador podría perder dinero.
Y llegamos al riesgo más relevante actualmente, el de impago. Para que haya una diferencia clara entre la rentabilidad de la deuda pública y los depósitos de similar vencimiento, este riesgo debería ser sensiblemente distinto.
Veamos primero a cuanto se paga la deuda pública si se compra directamente en la web del Tesoro Público 8en las correspondientes subastas o mercado primario):
- Letras a 6 meses: 5,227%
- Letras a 12 meses: 5,022%
- Obligaciones a 10 años: 6,975%
Ahora veamos los mejores depósitos a estos plazos:
· Depósito a 6 meses de Banco Espirito Santo: 4,25%
· Depósito CR de BES a 12 meses: 4,40%
· Depósito de Self Bank a 5 años: 3,95%
A 10 años no es muy usual contratar depósitos, y para conocer este tipo de rentabilidades se tendrían que solicitar caso por caso en las entidades financieras. Los mejores depósitos a largo plazo no suelen superar los 5 años.
Lo que vemos claramente es que las rentabilidades de la deuda pública superan notablemente a la de los depósitos más rentables. En condiciones normales, ello significaría que el dinero que prestamos a nuestro país es bastante más arriesgado que el que prestamos a los bancos y cajas vía depósitos.
¿Tiene sentido pensar que es más probable que España no cumpla con sus obligaciones que los bancos asentados en ella?: La respuesta, en nuestra opinión, es que no.
Un país es más seguro que los bancos nacionales ubicados en éste. A fin de cuentas, lo que hace que los depósitos sean muy seguros es que el Estado, mediante el Fondo de Garantía de Depósitos, los garantiza (hasta 100.000 euros). Si no fuera por ello, habría entidades que no conseguirían captar ahorro por mucha rentabilidad que ofrecieran.
La razón de este paradójico desequilibrio hay que buscarla más en la fuerza de cada tipo de ahorrador; cuando España subasta deuda, gran parte de sus compradores son institucionales (los famosos mercados), cuyo poder dista mucho de ser el mismo que un ahorrador particular que negocia un plazo fijo.
A pesar de que el banco nunca te lo dirá, hay un producto igual de seguro o más que los depósitos (a excepción del riesgo de perder dinero si se necesita el dinero anticipadamente) y que, actualmente, ofrece una rentabilidad muy interesante: la deuda pública española.