Angela Merkel se está saliendo con la suya. Al menos eso es lo que parece según avanza la crisis de la Eurozona. A pesar de las continuas presiones que recibe desde numerosos frentes (otros gobiernos, periodistas, sindicatos, etc...), la canciller alemana no está dispuesta a financiar los dispendios de los países derrochadores. Este jueves, en la minicumbre que ha organizado Nicolas Sarkozy en Estrasburgo y a la que también ha acudido Mario Monti, la alemana ha vuelto a confirmar que no acepta los eurobonos.
Sin embargo, Merkel sí ha conseguido pactar con su colega francés un acuerdo para modificar los tratados comunitarios para implantar un mayor control sobre las políticas fiscales y financieras de los estados de la Eurozona.
Desde que comenzó el debate sobre la solución a la crisis de deuda que amenaza a la UE, las posturas han estado claras. Alemania (con el apoyo de Holanda o Finlandia) quiere que los demás países se comprometan a seguir unas estrictas reglas comunes. En el lado contrario, Francia lidera a aquellos que pretenden que se relajen las exigencias y que se facilite dinero a los países en problemas, a cambio de vagas promesas de ajuste para los próximos años.
La discusión está más en los tiempos que en los resultados: Merkel quiere ver primero aprobadas las reformas que le interesan y luego se planteará si ayudar o permitir que el BCE lo haga. Los que le presionan, quieren que afloje el bolsillo ahora y luego prometen cumplir con lo que les pide. Pues bien, por ahora, parece que gana la alemana. Este jueves, de nuevo, ha rechazado los eurobonos (es decir, emitir deuda conjunta con el principal aval de Alemania) pero ha impuesto un pacto a Francia para coordinar las nuevas normas comunes en la UE.
Sarkozy, Merkel y Monti
De esta manera, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció este jueves, junto a la canciller alemana, Angela Merkel, que los dos países presentarán "en los próximos días" una propuesta conjunta para la modificación de los tratados de la Unión Europea, encaminada hacia la unión fiscal.
Sarkozy no quiso avanzar detalles de la propuesta, salvo que no tocará la "independencia" del Banco Central Europeo (BCE), aseguró que la misma se presentará antes de la celebración del Consejo Europeo en Bruselas el 9 de diciembre. "Los tres hemos indicado que en el respeto de la independencia de esta institución, había que abstenerse de formular peticiones positivas o negativas" al BCE, dijo Sarkozy.
Tras un almuerzo de trabajo celebrado en Estrasburgo por los dos mandatarios europeos, junto al primer ministro italiano, Mario Monti, el presidente francés aseguró que "somos conscientes de la gravedad de la situación y buscamos los mismos remedios". "Trabajamos todos los días de manera conjunta para extraer las consecuencias de una crisis que es muy grave", dijo Sarkozy, quien añadió en referencia a la propuesta que "con este espíritu trabajamos todos los días y se presentará de manera detallada". El objetivo de las propuestas para modificar los Tratados, según Sarkozy, es "mejorar el gobierno de la zona euro".
"Discusión armoniosa"
En este sentido, Merkel aseguró que Francia y Alemania "trabajan sobre la modificación de los Tratados", pero añadió que "hay que coordinar más nuestras políticas si queremos una moneda estable". La canciller alemana habló de "discusión armoniosa" con Sarkozy, para "recuperar la confianza en nuestros países" y "defender con todas nuestras fuerzas" un euro "fuerte y respetado". En este sentido, Merkel reconoció que no ha cambiado ni un ápice su postura sobre la emisión de eurobonos, ya que estos instrumentos harían que los distintos niveles de tipos se nivelaran, pero advirtió de que "no es una buena señal (...) no es la solución adecuada".
Sarkozy arrancó una sonrisa a Merkel y Monti cuando afirmó que los acuerdos y las convergencias no son "algo espontáneo", en referencia a que no había alcanzado el consenso con su colega alemana desde el primer momento.
La canciller alemana Merkel apuntó que las reformas deberán ir hacia una mayor coordinación de las políticas fiscales de los Estados miembros y aludió a los incumplimientos en 2003 del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, por parte de Alemania y Francia. "Cada país tiene su presupuesto, pero a los que no cumplan el Pacto se les puede pedir cuentas. Porque no lo hicimos y pagamos un alto precio", reconoció la canciller federal.
"Hay que respetar las reglas"
Mientras Merkel dio la bienvenida a las propuestas de la Comisión Europea para la estabilidad fiscal, Monti, ex comisario europeo de Competencia, afirmó que "hay que respetar las reglas" para que no se repitan las violaciones registradas en el pasado.
Monti confirmó que Sarkozy y Merkel han aceptado su invitación para viajar próximamente a Roma y continuar con el trabajo de las tres principales economías de la zona euro. Al tiempo, dijo que había explicado a sus interlocutores los detalles de las reformas estructurales que aplicará en Italia y el calendario para su aplicación. Monti aseguró que Italia quiere respetar el objetivo de equilibrio de las finanzas públicas en 2013.
El primer ministro italiano calificó de "colaboración fuerte" la que mantiene con Alemania y Francia, y añadió que la cumbre tripartita "no va en detrimento del espíritu comunitario, sino que beneficia a toda la UE".
Sarkozy eligió para esta minicumbre la sede de la Prefectura (delegación del Gobierno) del departamento del Bas-Rhin en Estrasburgo, construida en el último cuarto del siglo XIX, cuando Estrasburgo pertenecía a Alemania. Fue también en Estrasburgo donde el entonces presidente François Miterrand se reunió en varias ocasiones con el canciller Helmut Kohl para definir el acercamiento franco-alemán en la construcción europea.