Las ventas de vehículos en España empeorarán aún más en 2012 y caerán por debajo de las 800.000 unidades, el nivel más bajo desde 1993, mientras que la producción también se resentirá por la crisis y, en el mejor de los casos, se reducirá en unos 200.000 coches.
Éste es el escenario del sector de la automoción para el año que viene que ha dibujado hoy Francisco Javier García Sanz, presidente de ANFAC, la asociación nacional de fabricantes de coches, en el transcurso del XXVI Encuentro del Sector de Automoción que se celebra en la escuela de negocios IESE de Barcelona.
El agravamiento de la crisis económica por la desconfianza de los mercados hacia la solvencia de la deuda soberana española está detrás de las malas previsiones de los fabricantes de automóviles, que auguran nuevas caídas de las ventas, tanto hasta final de este año como en 2012. Según estas previsiones, 2012 será pues peor año que 2011 y las ventas se acercarán a las de 1993, el peor registro que se conoce desde que se hacen estadísticas sobre matriculaciones de vehículos en España.
En paralelo, las marcas que fabrican en España harán frente a una reducción de su producción, que para 2011 está fijada en 2,38 millones de vehículos, cifra que se verá reducida, como mínimo, en 200.000 unidades, informa EFE.
García Sanz ha subrayado la importancia de mantener lo más alta posible la producción de vehículos, ya que por cada cinco coches que se fabrican se garantiza la continuidad de un puesto de trabajo directo y cinco indirectos, según sus propios datos.
Ante este escenario, el representante de los fabricantes de vehículos en España ha emplazado al nuevo Gobierno que dirigirá Mariano Rajoy a sentarse a dialogar sobre las medidas que podrían ayudar al sector de la automoción, que representa un 10% del PIB. En este sentido, García Sanz ha defendido la necesidad de emprender reformas fiscales, del mercado de trabajo y del sistema financiero.
Entre las propuestas que apoya ANFAC, destaca la eliminación o reducción del impuesto de matriculaciones y la adecuación del impuesto de circulación a los niveles de contaminación para que, así, los coches nuevos, que contaminan menos, puedan contar con beneficios fiscales.
Al mismo tiempo, pide la reducción del impuesto de sociedades, que en España es del 30%, frente al 23% de media en Europa, y la eliminación del impuesto de actividades económicas para las grandes empresas, así como deducciones fiscales para los fabricantes que reinvierten en I+D+i.
Los principales fabricantes de vehículos advirtieron ayer en este mismo foro de la necesidad de buscar una salida a la encrucijada en la que se encuentra el sector en España, golpeado por la crisis y amenazado por la competencia de los países asiáticos.