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¿Problemas para pagar la hipoteca? Conozca todas las opciones a su alcance

iAhorro.com nos da algunas pistas de cómo evitar perder la vivienda en caso de dificultades para pagar la cuota hipotecaria.

Tener problemas de pago de las cuotas de la hipoteca es algo tristemente usual en estos momentos de crisis económica. iAhorro.com nos da algunas pistas de cómo evitar perder la vivienda.

La morosidad es uno de los problemas más grandes de nuestra economía, lo es para los bancos que estiman que cerrará el año con una cuota del 8% o unos 143.400 millones de euros, pero lo es más para el ciudadano. No pagar un préstamo hipotecario inicia toda una espiral de reclamaciones, comisiones, intereses de demora y, si no se para el procedimiento judicial de ejecución hipotecaria, el desahucio y, en ocasiones, una parte de deuda de por vida.

¿Cómo evitarlo?

La mejor forma es buscar la solución desde el principio, cuando vemos que existe un problema de pago. Igual que los bancos intentan ser los más estrictos posible para controlar esta morosidad que se desboca, desde el mismo momento que detectan problemas de pago. Sin embargo, con muchos pisos en su poder, prefieren buscar cualquier solución que ver como se añade otro impago. Por tanto, si la entidad financiera no es tonta (que no es poco pedir), preferirá buscar una solución a acabar adjudicándose un inmueble, con los costes que ello conlleva y la dificultad de venderlos en un futuro.

¿Qué opciones tengo?

Una moratoria total o parcial es bastante improbable, si bien tenemos que intentarlo; no nos perdonarán dinero, pero lo pagaremos en un futuro, en el que esperamos las cosas mejoren. Si hemos podido prever las dificultades con tiempo, negociar una subrogación de hipoteca o cambio de banco podría haber sido una excelente solución, si nos mejoran las condiciones de interés, plazo o nos amplían capital. Cuando ya tenemos problemas, subrogar es imposible.

Hay opciones a tener en cuenta como la carencia (pagar menos durante algún tiempo o en la vida del préstamo), ampliar el plazo de la hipoteca o reunificar deudas.

Opciones que tienen pros y contras que debemos considerar. La última palabra siempre la tiene el banco, al que debemos presentar este cambio como una la opción que nos permitirá seguir pagando mes a mes sin problemas, hasta que nuestra situación económica mejore. Ir antes de que se acumulen impagos o reclamaciones es fundamental para encarar la negociación con ciertas garantías de éxito.

  • Solicitar un plazo de carencia: algunas hipotecas tienen un plazo de carencia pactado que podemos usar; un tiempo en el que sólo pagamos intereses y no capital por lo que la cuota se reduce. ¿Lo suficiente? Depende del plazo de la hipoteca, el interés y su cuantía, pero como regla general si la hipoteca es reciente al ahorro es pequeño y si le queda poco tiempo es mucho mayor. El punto en contra es que el plazo de carencia no es ilimitado, durará unos meses o unos pocos años, y finalmente volveremos a pagar una mayor cuota si mantenemos la duración del préstamo, por la parte de capital que no hemos ido pagando. No tiene ningún coste pero nunca dejemos de pensar que es una solución temporal. Si esta carencia no figura en las escrituras, tendremos que negociarla con el director.
  • Ampliar el plazo: si queremos otra solución para siempre podemos aumentar la duración de nuestra hipoteca. A más años, pagaremos menos mensualmente, eso si al final el coste será mayor pero solucionamos nuestro problema actual, superar el día a día. Pero tengamos cuenta por un lado los gastos, ya que esta opción que era gratis hasta abril de 2010, tiene gastos de notaría y registro, e incluso en algunos casos incluso comisión bancaria por cambio de condiciones que debemos negociar para intentar suprimir. Al igual que sucede con el periodo de carencia, si queda aún un largo plazo no podemos aumentarlo mucho y la disminución de la cuota es muy pequeña.
  • Reunificar deudas: puede que el problema no sólo recaiga en la hipoteca, si no que tengamos muchas más deudas por préstamos personales o tarjetas que nos ahoguen. En este caso, podemos plantearnos reunificar todas las deudas en nuestra hipoteca, ya sea en nuestro banco habitual, la opción más económica, o en otra entidad. En su búsqueda podemos apoyarnos en un intermediario financiero debidamente inscrito en el registro oficial de Consumo (conocido por empresas de reunificación de deudas) que nos cobrará una comisión si sus gestiones llegan a buen puerto. Lo fundamental es estudiar la hipoteca de reunificación, conocer el tipo de interés que nos aplicarán (más alto) y tener muy claro que es una opción que no debemos ni podremos utilizar otra vez.
  • Pactar una dación en pago (el banco se queda la vivienda a cambio de no reclamarnos más deuda) y negociar un alquiler asequible en el mismo inmueble. No es fácil, pero hay entidades financieras que lo están haciendo.

Con coste o sin coste, si tenemos algún problema debemos afrontarlo lo antes posible, planteemos con el director de nuestra oficina bancaria todas las opciones y busquemos aquella menos mala para ambos, cliente y banco.

iAhorro.com, comparador de bancos.

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