La canciller alemana, Angela Merkel, está abierta a estudiar las propuestas que está barajando la Comisión Europea (CE) para la implantación de los denominados eurobonos, aunque a priori está en contra de esta medida. Ésta es la primera vez que el Gobierno germano admite que podría llegar a plantearse dar su OK a esta medida, traspasando una de las líneas rojas que había marcado Berlín hasta el momento. Aunque la declaración de este lunes no quiere decir que se vayan a aprobar los eurobonos en las próximas horas, el mero hecho de que la opción no haya sido rechazada de plano por el Ejecutivo germano ya es indicativo del cambio producido en los últimos días.
Así lo explicó en un encuentro rutinario con periodistas el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, y añadió de seguido que Merkel hablará sobre este extremo con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, el jueves, cuando tienen previsto mantener un encuentro en Estrasburgo (Francia). "Es seguro decir que en ese encuentro se va a hablar sobre todo", indicó Seibert al ser interrogado al respecto.
No obstante, el portavoz recordó que el Ejecutivo germano considera que los eurobonos no son la "panacea" para resolver la crisis de la deuda soberana en la eurozona y abogó por "combatir las causas de la crisis".
Las tres opciones
La CE presentará el miércoles tres opciones para la emisión de deuda común en la eurozona, dos de las cuales prevén la sustitución parcial de los bonos nacionales y una tercera su reemplazo pleno. La primera es la sustitución de todos los títulos de deuda soberana por los llamados "bonos de estabilidad", que podrían ser emitidos de manera descentralizada pero con un procedimiento coordinado o mediante una agencia centralizada de deuda de la eurozona.
La segunda opción es la sustitución parcial de los bonos nacionales por los nuevos de deuda común y con garantías varias y comunes de los países de la eurozona, el llamado esquema "azul-rojo", que crearía un mercado con bonos basado en dos pilares, el comunitario y el nacional, respectivamente.
La tercera es la sustitución parcial de bonos nacionales con garantías varias pero no compartidas por todos los Estados miembros, lo que implica que cada país garantice la parte proporcional que le corresponde asumir según sus necesidades de financiación.