Autoridades de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han discutido la idea de que el Banco Central Europeo (BCE) preste dinero a la institución dirigida por Christine Lagarde, para dotar así al Fondo de recursos suficientes para rescatar incluso a los soberanos más grandes de la zona euro.
"Algunos conversaciones sobre esto han tenido lugar. Podría ser una de las maneras de evitar las restricciones legales del BCE", según afirmó una persona con conocimiento de las conversaciones y confirmó una segunda fuente, informa Europa Press.
Las autoridades han estado discutiendo como incorporar al BCE de una forma más activa a la resolución de la crisis de deuda sin poner en peligro su independencia, algo que quizás podría lograr que el BCE preste el dinero al FMI antes que a cualquier gobierno de la eurozona. "Es sólo una idea, al menos por ahora", aclaran las fuentes.
De hecho, el artículo 23 de los estatutos de la institución presidida por Mario Draghi señala que el BCE puede llevar a cabo "cualquier tipo de operación bancaria en relación con terceros países y organismos internacionales, incluidas operaciones de préstamo y endeudamiento".
Por su parte, el FMI podría usar el dinero del BCE para financiar varias operaciones de rescate en la eurozona o para conceder líneas preventivas de crédito de forma individual o junto al fondo de rescate. "Es factible", reconoció una de las fuentes.
Esta idea surge en un momento de máxima gravedad en la crisis de deuda de la eurozona, que amenaza ahora con engullir a Italia e incluso Francia, y ante la desesperación de los políticos por conseguir que el BCE, con sus recursos ilimitados como banco central, se implique más en los esfuerzos de rescate para que dé tiempo suficiente a los países a aplicar las reformas.
Los economistas dicen que sólo el BCE puede ofrecer una garantía creíble a los mercados, ante las dudas de que se materialice el objetivo de ampliar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera hasta un billón de euro o que incluso esa cantidad sea insuficiente.
Sin embargo, las leyes europeos no le permiten financiar el endeudamiento de los gobiernos y la entidad ha dicho de forma reitera que no se convertiría en prestamista de último recurso a los gobiernos de la zona euro.
En este sentido, Francia ha reclamado que el BCE se implique más concediendo una licencia bancaria el fondo de rescate que le permita refinanciarse con las operaciones de liquidez de la institución, pero Alemania se opone totalmente a esta idea, ya que teme que acabe financiando el déficit de los gobiernos y ponga en peligro su independencia.