Los ministros de Finanzas de los 17 países del euro intentarán edificar este lunes un muro de contención para que la inestabilidad política griega de las últimas horas no repercuta en otros países como Italia a través del contagio.
El Eurogrupo tratará de concretar los detalles técnicos de un plan anticrisis para Atenas, que estabilice las bolsas en la zona del euro, después de la última semana de vértigo provocada por el anuncio de un referéndum en el país heleno.
La idea apunto ha estado de provocar la cancelación de la entrega del sexto tramo de ayuda al país, de 8.000 millones.
El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, superó el viernes con escaso margen una moción de confianza en el Parlamento, sin embargo, el líder valora presentar su dimisión tras la formación de un Gobierno de cohesión para asegurar la continuidad de las medidas de ajuste y el desarrollo del controvertido plan de rescate de Grecia, informa EFE.
Junto a la volátil situación griega, la reunión de ministros también dedicará un capítulo a examinar la situación de Italia, después de que su primer ministro, Silvio Berlusconi, se comprometiera a tomar medidas económicas en el sentido que le reclama la UE y a permitir la supervisión de las mismas por parte del FMI y la Comisión Europea.
Más allá de los inevitables debates sobre Grecia e Italia, los ministros se concentrarán en desarrollar el plan europeo contra la crisis, cuyas líneas generales fueron acordadas en la cumbre del 26 y 27 de octubre: una quita del 50 % para la deuda griega y un nuevo paquete de ayuda de 130.000 millones de euros, la recapitalización de la banca europea y el fortalecimiento del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).
Los 17 empezarán por el refuerzo hasta el billón de euros del FEEF, principal cortafuegos a la extensión de la crisis, dotado en la actualidad de 440.000 millones de euros.
Sobre la mesa hay dos modelos para lograr ese apalancamiento del fondo, que además podrían combinarse: utilizar el FEEF para garantizar en el mercado primario parte de las pérdidas sobre los bonos soberanos de países vulnerables y, en segundo lugar, crear una agencia de inversión para atraer fondos públicos y privados, principalmente de países emergentes, que podría funcionar en colaboración con el FMI.
Los países emergentes dejaron claro de todas formas en la reunión del G20 de Cannes esta semana que aún es demasiado pronto para comprometerse a ayudar a la UE y le demandaron que ponga en marcha de manera creíble y viable la ayuda a Grecia.