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ENTREVISTA EN EXCLUSIVA

Jim Rogers: "Si fuera un joven español cogería el primer avión a Asia"

El legendario inversor recibe a Libre Mercado en Singapur, donde pronostica la decadencia de EEUU y explica por qué descartó España como destino para vivir.

El legendario inversor recibe a Libre Mercado en Singapur, donde pronostica la decadencia de EEUU y explica por qué descartó España como destino para vivir.

"Hágame un favor: hable en español con mi hija, que lo está aprendiendo". Lo primero que hace Jim Rogers al recibirme en su casa de Singapur es llevarme a ver a su hija menor, de tres años. "¡Baby Bee, habla en español con este señor!". Baby Bee tiene cosas más importantes que hacer, como peinar a su Barbie, y no nos hace ni caso, pero entiende perfectamente todo lo que le digo. Gracias a su profesora colombiana hablará español como tercer idioma dentro de unos años, cuando ya sea bilingüe en inglés y chino.

"Mis niñas son hijas de emigrantes, y por eso tienen una mentalidad luchadora. Saben que tienen que esforzarse para ser tan buenas como los locales. La mayor, de ocho años, ha quedado entre el 3% de los mejores estudiantes de mandarín de todo el país, y acaba de ganar un concurso de caligrafía china... Imagínese, rubia y con ojos azules, la única de su clase que no es de origen asiático, y habla chino perfectamente".

Jim Rogers (Baltimore, 1942) aplica con sus hijas la misma filosofía que ha seguido toda su vida: lucha por conseguir lo que quieres, y no te dejes llevar por lo que piensen los demás. A los cinco años hizo su primer negocio reciclando botellas en un campo de baseball. A los 18 se marchó a Yale y descubrió que el mundo era mucho más grande, más rico y más interesante que la pequeña localidad de Alabama donde creció. A los 22 consiguió su primer trabajo en Wall Street, se enamoró de la profesión y decidió que sería inversor el resto de su vida.

Sin embargo, se retiró a los 37 convertido en millonario, tras fundar junto a George Soros el Quantum Fund, un fondo que alcanzó una rentabilidad del 4.000% en diez años. Según Soros, "Jim Rogers hacía el trabajo de ocho personas". Desde entonces se dedicó a viajar: una vuelta al mundo en motocicleta y otra con su actual esposa en coche le convencieron de que el futuro pasaba por Asia y por las materias primas.

Aumentó aún más su riqueza al crear un índice para invertir en commodities que quintuplicó su valor en pocos años, y en 2007 vendió su mansión en Nueva York y se mudó a Singapur para escolarizar a sus hijas en chino y estar más cerca del nuevo "centro del mundo".

Según Jim Rogers, nos encontramos ante un cambio histórico: "Los principales acreedores del mundo son China, Korea, Japón, Hong Kong y Taiwan, y los mayores deudores son países occidentales. En los años 20 los errores políticos y las crisis financieras desplazaron el centro del mundo de Inglaterra a EEUU. Hoy ocurre lo mismo, de EEUU a Asia, por los mismos motivos: los fallos políticos y la crisis financiera. El siglo XXI será el siglo de China".

Pregunta (P): Hace apenas cinco años la economía mundial parecía ir de maravilla. ¿Qué es lo que ha pasado?

Respuesta (R): No, no iba de maravilla, estaban ocurriendo cosas muy graves. Los bancos centrales imprimían cantidades enormes de dinero y rebajaban artificialmente los tipos de interés, y así se crearon las burbujas inmobiliarias y de consumo. A la gente que se benefició de esas burbujas y se salió de ellas a tiempo sí les ha ido de maravilla, a los demás no.

Después los Gobiernos rescataron a quienes habían hecho las cosas mal, y los que recibieron ese dinero están mejor que antes. Sin duda en Wall Street y en Londres están mejor, pero la mayoría está mucho peor.

P: ¿Cuál es el problema económico más importante en el mundo ahora mismo?

R: La ingente deuda de los países occidentales, incluyendo también la deuda privada y la de estados como California, cuya situación es tan mala como la de España, si no peor, y que tiene una población mayor que la suma de Portugal, Grecia e Irlanda.

P: ¿Dónde estamos en comparación con el año 2008?

R: Entonces los gobiernos occidentales todavía tenían cierta credibilidad y algunos recursos. Ahora han multiplicado sus deudas y lo único que les queda es imprimir dinero. Pero en ese caso el dólar, la libra y el euro colapsarán. Tanto Europa como EEUU están en una situación mucho más precaria que hace tres años.

P: ¿Qué deberían hacer entonces los gobiernos?

R: Dejar caer a quienes han hecho las cosas mal, como Grecia, Citibank y ­Wall Street. Se está rescatando a gente incompetente a costa de gente competente. Quienes ahorraron e invirtieron ven ahora cómo el Gobierno rescata con su dinero a quienes compraron casas y coches a crédito. Estados Unidos está destruyendo su clase ahorradora, la que desarrolla un país. Hay que dejar caer a los incompetentes.

P: ¿No hay una solución menos dolorosa?

R: Hay dos formas de enfrentarse a estos problemas: a la japonesa o a la escandinava. En los años 90 los japoneses no dejaron que cayera nadie, rescataron a todos los que se habían metido en problemas. Mantuvieron bancos zombies y empresas zombies, auténticos muertos vivientes. Y así llevan dos décadas perdidas. Las acciones japonesas han perdido un 80% de su valor respecto a 1990. En Escandinavia entonces tenían problemas similares y no rescataron a nadie. Pasaron tres años muy malos, pero ahora Suecia es uno de los grandes éxitos de las últimas décadas.

Estados Unidos e Inglaterra están haciendo lo mismo que Japón. Tampoco va a funcionar, nunca ha funcionado. Hemos perdido una década y perderemos dos o tres más. O quizá será como cuando España entró en declive y tendremos tres o cuatro siglos de decadencia.

P: Según ciertas encuestas, el 70% de los jóvenes españoles quiere ser funcionario. ¿Qué le dice eso sobre el país?

R: [Se ríe, entre sorprendido y sarcástico]. Me dice todo lo que hace falta saber. Qué deprimente. En la mayoría de los países los jóvenes quieren ser estrellas del rock, artistas o futbolistas.

P: Durante su última vuelta al mundo, en el año 2000, pasó por España. ¿Qué impresión se llevó?

R: Se notaba un fuerte resurgimiento, el país y la economía iban muy bien. Ahora sabemos que se estaban gastando un dinero que no tenían. Volví unos años después, cuando mi mujer y yo estábamos buscando un lugar para vivir fuera de Estados Unidos. Pensábamos que España podría ser un buen destino y llegamos a mirar alguna casa en el año 2004 ó 2005. Pero entonces vi la burbuja inmobiliaria, que estaba por todas partes, así que tachamos España de la lista.

P: Tenemos elecciones dentro de dos semanas. ¿Qué le recomienda al futuro gobierno?

R: Que recorten el gasto con una motosierra. Es la única solución. Nadie va a ganar las elecciones con ese programa, o si las ganara lo asesinarían o derrocarían al cabo de un año porque las medidas que hacen falta son demasiado dolorosas. La gente en España y en Europa todavía no está preparada para aceptar esto. Sin embargo, no hay otro camino, sería un dolor temporal, pero necesario.

P: El desempleo juvenil roza el 50%. ¿Algún consejo para los jóvenes españoles?

R: Márchense a Asia. España es un país maravilloso, pero no soy optimista respecto a su futuro, ha cometido demasiados errores graves. Dentro de cien años ni siquiera quedarán españoles, a no ser que ustedes empiecen cuanto antes a tener muchos hijos. Es una lástima: ¿dónde comeremos esas tapas tan estupendas? ¿Dónde encontraremos esas mujeres tan bonitas?

P: ¿A qué destinos de Asia en particular?

R: Myanmar, un país que se está abriendo y tiene un futuro espectacular. Y Corea del Norte.

P: Perdón... ¿ha dicho Corea del Norte?

R: Sí. Corea del Norte está haciendo hoy lo mismo que hizo China en 1978, cuando Deng Xiao Ping decidió que el sistema no funcionaba y que había que cambiarlo. El joven que va a dirigir el país (Kim Jong Un, hijo y supuesto sucesor de Kim Jong Il) ha sido educado en una escuela privada de Suiza. ¿Usted cree que este tipo, de 28 años, acostumbrado a la buena comida, bebida, mujeres, coches, películas de Hollywood, etc., va a querer que su país siga como hasta ahora?

Corea del Norte va a cambiar, se va a unir a Corea del Sur y allí van a surgir innumerables oportunidades. Será un país de 75 millones de personas, con trabajadores baratos y disciplinados en el norte y experiencia empresarial y capital económico en el sur. Japón quiere impedir esa unión porque sabe que no podrá competir con la nueva Corea.

P: ¿Qué sectores tienen más futuro en estos destinos?

R: Los bienes reales, y en particular la agricultura. Si fuera español y tuviera 22 años cogería el primer vuelo a Myanmar y me haría agricultor. En los próximos veinte o treinta años ése será uno de los sectores más importantes, si no el que más. La edad media de los agricultores en EEUUes de 58 años, es un sector en el que no se ha invertido ni en capital humano ni en tecnología. Nos enfrentamos a una grave carestía de alimentos, así que allí estarán las oportunidades de negocio.

Si no quiere ser agricultor monte un restaurante en una ciudad agrícola, o un concesionario de Lamborghinis, porque en los próximos años serán los agricultores quienes conduzcan coches de lujo. Estos cambios se han dado muchas veces en el pasado. En ciertos períodos las grandes fortunas se crean en las finanzas, y en otros períodos en la producción de bienes reales como la agricultura o la minería. Ahora estamos en uno de esos cambios.

P: Los políticos siempre culpan a otros de sus errores. ¿A quién culparán esta vez?

R: A los ricos, a los extranjeros y a los periodistas. Históricamente siempre ha sido así. Ahora también: se culpa a Wall Street, y últimamente también a los chinos porque no dejan que se aprecie su moneda. Por último, a los periodistas, porque los políticos creen que los problemas no existirían si los periodistas no hablasen de ellos. Así que ustedes son los siguientes.

P: En España mucha gente culpa a los "especuladores".

R: Sí, es lo mismo: los financieros, los banqueros... A nadie le gustan los banqueros, especialmente cuando las cosas van mal. Y en esos casos a todo el mundo se le llama "especulador".

P: ¿Es usted un especulador?

R: Quien entienda algo de dinero no me llamaría especulador, sino inversor. Pero para la gran mayoría de la gente cualquiera que compre una propiedad inmobiliaria o acciones en la bolsa es un especulador. No saben de lo que hablan.

P: ¿Los especuladores crean problemas, o reaccionan ante ellos?

R: Los especuladores no sólo no crean problemas sino que los arreglan, porque detectan que algo va mal y dan la voz de alarma. Los que venden bonos de Grecia no han hecho nada incorrecto: no se endeudaron, ni falsearon las cuentas, ni mintieron sobre sus finanzas. Pero sí fueron los primeros en darse cuenta de que el gobierno de Grecia había hecho todas esas cosas. Quienes venden lo hacen por alguna razón, son los mensajeros que avisan de que hay problemas.

P: ¿Entonces tendríamos que darles las gracias a los especuladores?

R: Sin duda.

P: ¿Qué opinión le merece el movimiento Occupy Wall Street?

R: Estoy de acuerdo con ellos: no se debería haber rescatado a Wall Street. Todos los bancos deberían haber quebrado. Sin embargo, esa gente se repartió los millones del rescate y ahora siguen conduciendo sus Lamborghinis.

Si Obama no hubiera rescatado a los bancos hoy no habría protestas en Wall Street... Porque no quedaría nadie trabajando en Wall Street. Decenas de miles de personas en el sector financiero habrían sido despedidas, estarían sin trabajo y la gente, en lugar de indignación, les tendría lástima.

P: Pero los manifestantes reclaman más regulaciones, más intervención del Gobierno en la economía.

R: Si se hiciera lo que ellos piden las cosas irían todavía peor, no hay duda. Pero eso es más difícil explicárselo. Estamos ante otro ejemplo de las consecuencias imprevistas de la acción del gobierno: se rescató a los bancos, y ahora toda esta gente se echa a la calle contra ellos.

P: ¿Deberían ocupar entonces la Reserva Federal y la Casa Blanca, que fueron los salvadores de Wall Street?

R: Así es. Los verdaderos culpables son los bancos centrales, por supuesto: la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el de Japón. Y en segundo lugar el Congreso y el Gobierno de EEUU, que en los años 90 aprobaron leyes para que todo el mundo tuviera una casa. Gracias a dichas leyes, se concedieron todas esas hipotecas a gente que no podía devolver los préstamos y se creó la burbuja inmobiliaria.

P: ¿Ha hecho Obama algo bien en la economía?

R: Siempre pensé que Bush pasaría a la historia como el peor presidente de Estados Unidos, pero creo que Obama es igual de malo. Además, le encantan las guerras, Bush sólo nos metió en dos, pero él se mete en todas las que puede.

Obama no subió los impuestos, pero aparte de eso no ha hecho nada bien. No tiene ni idea, hace apenas unos años era un trabajador social [community organizer]. No hay nada de malo en ello, pero ahora tiene que dirigir un país y no sabe cómo.

P: Usted se hizo millonario antes de cumplir 40 años. ¿El dinero da la felicidad?

R: No tengo mucho en qué gastármelo: no tengo un barco, un avión ni más de una casa, y llevo la misma ropa desde hace muchos años. Sólo me compré mi primer coche porque mi mujer me obligó, hasta entonces iba siempre en taxi.

Lo que el dinero sí me ha dado ha sido libertad. Libertad para hacer lo que quiero, para viajar, para no tener que ser simpático con nadie si no quiero serlo. Pero siempre he sido feliz, antes de ser millonario lo era y ahora lo soy más que nunca, gracias a mis dos hijas. Desde que nacieron, he llorado más veces de felicidad que en toda mi vida. No puedo creer lo feliz que me hace mi hija de tres años, simplemente con mirarla.

P: ¿Hacer lo que le gusta es un componente fundamental de su felicidad?

R: Sí. La gente que hace aquéllo que le gusta es la que más éxito tiene. No hay que escuchar a los profesores ni a los padres. Si te gusta ser jardinero, eso es lo que tienes que ser. Un día tendrás una empresa de jardinería por todo Asia y entonces tus padres y tus profesores, que nunca quisieron que fueras jardinero, te dirán que te animaron a serlo desde el principio.

P: ¿Si pudiera volver al pasado y cambiar algo, qué cambiaría?

R: Mi primera esposa... Y la segunda también. Fueron tonterías de mi juventud, ninguno de los dos matrimonios duró mucho.

P: ¿De los cientos de entrevistas que ha dado en su vida, cuál es la mejor pregunta que le han hecho?

R: [...] Ésta. Porque para todas tengo respuesta pero ahora no sé qué decir, así que debe de ser ésta.

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