El Gobierno griego tomará el pulso de su pueblo y celebrará un referéndum sobre la adopción de los acuerdos alcanzados por los líderes europeos la pasada semana en Bruselas, según ha anunciado este lunes el primer ministro, George Papandréu. En un discurso ante sus correligionarios del grupo parlamentario socialista, Papandréu declaró que en estos momentos el pueblo debe decidir con un referendo "si aprueba o no el acuerdo", y afirmó que "si no lo acepta, entonces no se aplicará", informa Efe.
Lo que no ha dicho el líder heleno es que si no se aplica la UE dejará caer a Atenas, que tendrá que asumir una quita mucho mayor del 50% y aceptar de forma abierta que está en quiebra. Esto supondría el cierre completo de los mercados financieros internacionales para el país, además de su posible salida del euro. Con su nueva moneda puede que el Gobierno no tuviera que aplicar estos recortes (podría fijar la cantidad que quisiese del nuevo dracma), pero muy probablemente tendría que imponer un corralito para impedir la fuga de capitales. Además, la riqueza de los griegos, que tienen sus ahorros en euros, caería a la misma velocidad que su nueva divisa, generando un caos de proporciones difíciles de prever.
"En un momento en que el sistema político es objeto de ataques y se le pone en entredicho, es nuestro deber mostrar el papel y el deber del ciudadano sin intermediarios, y eso es el referendo", declaró Papandréu. El dirigente socialista destacó que en un asunto "que determina el futuro del país, el ciudadano tiene la primera palabra, sin los enfoques que tuercen la realidad por los intereses partidistas".
Voto de confianza
El mandatario griego también anunció que someterá la gestión de su Gobierno a un voto de confianza del Parlamento, que superaría si logra el apoyo de 151 de los 300 diputados del Legislativo. El Pasok de Papandréu cuenta con 153 diputados, un apoyo suficiente para superar esa moción y evitar así la convocatoria de elecciones anticipadas que conllevaría perderla.
El primer ministro ha solicitado, hasta el momento sin éxito, el apoyo de la oposición tanto para su estrategia de austeridad como para el plan aprobado el pasado miércoles, por el que se perdonan a Grecia unos 100.000 millones de euros de deuda, pero que también obliga a Atenas a una dura política de recortes y ahorro.
Las medidas del rescate
Los líderes de la Eurozona acordaron un segundo plan de rescate para la zona euro y, en lo que atañe directamente a Grecia, incluye una quita que va desde el 21% al 50% -aunque en realidad apenas asciende al 28% de la deuda total-. Esta opción era necesaria para que, según un informe de la troika, "Grecia pueda llegar a 2020 con un saldo vivo de deuda del 120% del PIB".
Además, los socios del euro aumentarán su contribución al rescate griego en 30.000 millones de euros más. Así, la aportación pública (a través del Fondo de rescate) será en total de 139.000 millones y la privada de 100.000 millones. En suma: 239.000 millones para tratar de poner punto final al problema griego. Tras conocerse estas medidas Papandreu aseguró que "Grecia habría colapsado" de no llegar a un acuerdo con sus acreedores privados.