Italia podría estar muy cerca de ser la siguiente pieza del dominó europeo en caer. La Cumbre de este fin de semana ha dejado claro que la principal preocupación en estos momentos está en Roma. Las finanzas italianas no mejoran y su nivel de deuda pública sólo es superado por Grecia. Ante esta situación, los líderes europeos, especialmente Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, han exigido a Silvio Berlusconi que tome las medidas necesarias para reducir los números rojos.
El problema es que Il Cavaliere no tiene las manos libres. La medida anunciada para clamar las aguas en Europa no ha gustado a sus socios de Gobierno de la Liga Norte y tampoco ha convencido del todo a la Comisión Europea. Unos la consideran muy negativa desde el punto de vista electoral. El Ejecutivo comunitario, por su parte, piensa que aunque es un paso adelante no servirá en el corto plazo y exige acciones más contundentes. En el horizonte, un posible rescate. De hecho, según France Press, los rumores empiezan a hablar de una intervención europea para este próximo miércoles, coincidiendo con la segunda parte de la Cumbre del Euro.
La Comisión, escéptica
La Comisión Europea (CE) consideró este lunes que el aumento de la edad de jubilación hasta los 67 años que estudiará Italia en un Consejo de Ministros extraordinario es una medida válida, pero que tendrá que ir acompañada de otras en ámbitos como la reforma del sistema judicial. "Este es sólo un elemento", afirmó en rueda de prensa el portavoz comunitario de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj, quien esperó que haya otras medidas relacionadas con el mercado laboral y la reforma del sistema judicial.
Según Altafaj, lo que la Comisión desea es que Italia adopte de manera rápida el paquete de medidas ya anunciadas por el Gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi para impulsar el crecimiento, así como una puesta en marcha "rigurosa" de acuerdo a un calendario y unos compromisos claros. Bruselas reclamó el pasado domingo a Italia "un conjunto de medidas integral y no puntual para hacer frente a las arraigadas debilidades estructurales de la economía italiana".
"No se trata solo de austeridad sino de elevar el potencial de crecimiento de la economía italiana (...) para lograr más empleo y un crecimiento sostenible, especialmente ahora que estamos experimentando una ralentización de la recuperación económica", añadió el portavoz.
La Liga Norte: "No a meter mano a las pensiones"
Pero si Berlusconi quiere calmar a sus socios comunitarios, será mejor que primero convenza a sus compañeros de Gobierno de que es necesario aprobar este paquete de medidas que le exige Bruselas. La Liga Norte ya ha declarado que no quiere saber nada de tocar las pensiones.
"No es posible que cada vez que haya que poner en orden las cuentas de este país la primera cosa que venga a la mente sea meter mano a las pensiones", ha denunciado la secretaria general del Sindicato Padano, vicepresidenta del Senado y miembro de la Liga Norte, Rosi Mauro. "Nosotros diremos 'no' y, llegado el caso, estamos dispuestos a salir a la calle", ha advertido, según recogen los medios italianos. "Si la petición viene de Europa, a Europa de vez en cuando hay que decirle que no", ha defendido.
La dirigente de la Liga Norte ha defendido que no se puede decir "a la gente que ha trabajado 40 años que se eleva la edad de jubilación hasta los 67 años", frente a los 65 actuales. "Creo que el Gobierno debe encontrar recursos en otro sitio, crear mecanismos nuevos a través de la otras reformas, pero no la de las pensiones", ha insistido, asegurando que la respuesta de la Liga Norte será un "no".
Este fin de semana, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, han pedido explícitamente a Berlusconi que adopte nuevas medidas de ajuste para calmar a los mercados. El actual sistema de pensiones italiano fija en 65 años la edad para recibir una pensión mínima para los hombres, si bien muchos italianos tienen un tipo de pensión que les permite jubilarse antes, en función del número de años que hayan contribuido al sistema.