Los griegos han depositado cerca de 200.000 millones de euros en bancos suizos desde el inicio de la crisis, ante el temor de un colapso financiero en su país o la salida del euro. Sin embargo, este tradicional refugio para depositantes y contribuyentes amenaza con desaparecer en poco tiempo en caso de que el Gobierno de Atenas logre su nuevo objetivo.
Y es que, el Gobierno griego, con el apoyo y respaldo de Bruselas, negocia un acuerdo fiscal con Suiza para gravar los depósitos helvéticos de los griegos. Así, aparte de condonar entre el 40% y el 60% de la deuda helena, Grecia trabaja en nuevos mecanismos fiscales para tratar de reducir su déficit. Entre ellos, destaca la posibilidad de aplicar impuestos a los evasores que hayan desviado fondos a esta plaza financiera por excelencia. Horst Reichenbach, el principal representante de la delegación de la UE en Grecia, confía en que Atenas alcance pronto un acuerdo con Suiza para perseguir con eficacia a sus contribuyentes díscolos, cuyos depósitos han ido a parar a los bancos helvéticos.
La medida que se estudia aplicar es muy similar a la alcanzada entre Alemania y Suiza el pasado verano. Gracias a este pacto, el Fisco germano podrá recuperar miles de millones de euros procedentes de la evasión de impuestos de sus contribuyentes con cuentas o inversiones no declaradas en entidades helvéticas, en donde opera el secreto bancario. En concreto, Alemania podrá aplicar a estos depósitos una tasa de "compensación" de entre el 19% y el 34% sobre las ganancias de capital (rentabilidad) obtenidas en los últimos diez años, en función del tiempo y la importancia de la cuenta, con lo que recuperará decenas de miles de millones de euros.
Los contribuyentes alemanes también tendrán la opción de informar a las autoridades de su país sobre sus cuentas en Suiza, en lugar de pagar dicho impuesto. El acuerdo suscrito prevé imponer una tasa anual del 26,375% sobre los intereses de los capitales alemanes depositados en Suiza, en línea con el 25% que se aplica en Alemania, más un punto porcentual a mayores como contribución de solidaridad. A partir de 2013, los bancos suizos cobrarán de oficio este impuesto y lo transferirá a Alemania. A cambio, Berlín se compromete a no emprender acciones legales contra los inversores o contra los bancos suizos.
Según Reichenbach, esta medida "sería una excelente vía para que Grecia acceda a un flujo de ingresos fiscales nuevos y, al mismo tiempo, frene su fuga de capitales". Por el momento, "Suiza se ha comprometido a reanudar las conversaciones con Grecia para acordar un tratado fiscal similar al de Alemania", añadió en una entrevista al Financial Times Deutschland. La idea es que entre en vigor en enero de 2013.
Protectorado
Por otro lado, una vez que se determine la quita a aplicar sobre los bonos helenos, Alemania quiere que Grecia se convierta en una especie de protectorado, destinando una misión permanente a fin de controlar directamente sus cuentas públicas para garantizar la viabilidad del Estado heleno a medio plazo. Así pues, se estudia implantar controles mucho más estrictos para que Grecia cumpla con los compromisos de ajuste, privatización y reformas adquiridos con la troika tras su rescate en mayo de 2010. Estas nuevas medidas se discutirán en la cumbre europea de este fin de semana.