Este fin de semana se reunirán en Bruselas los líderes europeos. En teoría, el objetivo de la Cumbre era resolver, de una vez por todas, la crisis de deuda de la Eurozona. Los gobiernos de la UE debían ponerse de acuerdo sobre cómo salvar a Grecia u organizar de una vez una quiebra ordenada de este país. Si se conseguía un mecanismo que garantizase que el proceso se hacía de forma ordenada, el resto de los miembros de la zona euro en teoría debían beneficiarse, con lo que se conseguiría que España e Italia despejasen todas las dudas surgidas en los últimos meses sobre su capacidad para hacer frente a sus obligaciones.
Sin embargo, la que se suponía que iba a ser la Cumbre de todas las Cumbres, en este año crítico para la Eurozona parece finiquitada antes incluso de que se haya inaugurado. El Gobierno alemán, sin duda el actor más importante en toda esta obra, ya ha declarado que no puede "soñarse" en una "solución definitiva" a los problemas en el próximo fin de semana. Las bolsas ya han reaccionado, con una caída generalizada en toda Europa, ante lo que parece evidente que será una ocasión fallida para organizar la economía de la UE.
En teoría, hay dos cuestiones fundamentales que tendrían que salir de la cita de Bruselas; en la práctica parece claro que no habrá acuerdo, y que sólo habrá un nuevo texto de compromiso, que dilate la solución unos cuantos meses más.
- En primer lugar, hay que organizar la quiebra de Grecia. Ya se habla de que la banca germana admitiría unas quitas de hasta el 50%, pero todavía no hay nada definitivo. Del montante de las pérdidas que asuman los acreedores del país heleno dependerán el resto de decisiones de la cumbre. Además, la teoría dice que de esta reunión debería salir un plan de futuro definitivo para Grecia: por un lado la UE asegurará un calendario de pagos que aseguren el rescate del país; por otro el Gobierno heleno deberá asumir (por enésima vez) un compromiso de reducción del déficit público.
- El segundo acuerdo debería tratar sobre la recapitalización de la banca. ¿Qué entidades necesitan dinero? ¿Cómo lo devolverán? ¿Quiénes pagarán este dinero? No parece sencillo alcanzar un acuerdo, aunque en este punto existe más consenso entre los políticos de la Eurozona.
Pero a pesar de todo lo que se ha hablado sobre estos temas, todas las propuestas, declaraciones cruzadas, documentos de trabajo y artículos periodísticos, el gobierno alemán no espera que de la cumbre europea del fin de semana salga una solución definitiva. "Lo que se alcanzará será dar pasos importantes en un largo camino", dijo el portavoz del gobierno alemán, Steffan Seibert, que considera que el proceso durará hasta el próximo año. Seibert recordó que la canciller Angela Merkel ya había señalado que los "sueños" de algunos de que el lunes todos los problemas habrían sido resueltos no podrían ser colmados.
Por otra parte, el jueves el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, quiere comparecer ante la comisión de presupuesto del Bundestag para hablar del informe de la troika europea sobre Grecia, que se espera para un día antes. Los países de la zona del euro quieren presentar en la cumbre europea un amplio paquete de medidas para hacer frente a la crisis de la deuda. El propio Schäuble ha sido directo al declarar este mismo lunes: "No habrá una solución definitiva este fin de semana".