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EN TÉRMINOS PER CÁPITA

La actividad industrial retrocede a niveles de 1993

Las perspectivas de la industria son negativas por la debilidad de la demanda interna y los alarmantes signos de decaimiento de la externa.

A pesar de los titulares de prensa que informaban hace escasos días de una ligera recuperación de la industria en agosto, la realidad es bien distinta, ya que el índice corregido de variación estacional y calendario siguió cayendo durante ese mes, concretamente, un 0,4% respecto a agosto del pasado año, como puede verse en el gráfico.

Después de la enorme caída posterior a la crisis (-22,2%), se observa a partir de principios de 2010 una ligera subida en la actividad industrial, sumamente modesta (+1,7%), que culminó en enero de 2011. Desde entonces, la industria ha vuelto a contraerse con lentitud, acumulando en los ocho primeros meses del año un descenso del 0,6%.

Como dato sumamente llamativo podemos ver que, una vez ajustada la actividad industrial a la población, ésta retrocede a niveles de finales de los años 70. Dado que la industria es en buena parte responsable de los ingresos que nos permiten adquirir los bienes importados imprescindibles para soportar nuestro nivel de vida, esto nos hace ver hasta dónde nos ha hecho retroceder esta crisis.

El otro indicador independiente del que disponemos sobre la actividad industrial en su conjunto es el PMI de manufacturas. Éste ha estado cayendo sin cesar desde febrero de 2011, y no ha hecho más que profundizar este retroceso desde entonces. Actualmente, (el último dato es de septiembre) se halla en zona fuertemente contractiva (43,74), lo que anticipa nuevas y más fuertes descensos en el índice de producción industrial (IPI).

La producción industrial se está sosteniendo hoy no por la demanda interna, que sigue cayendo sin parar, sino por el sector exterior y, sobre todo, por la demanda europea. La debilidad de la demanda interior queda patente en el gráfico de disponibilidades interiores de bienes, tanto de equipo como de consumo, que en ningún momento han mostrado recuperación y que han seguido cayendo sin parar desde el inicio de la crisis, que en función de esta estadística cumplirá 4 años en noviembre.

Sin embargo, ya no se puede confiar en la demanda europea para sostener nuestra industria, puesto que, según los últimos datos de los PMI de manufacturas y servicios, la eurozona se encuentra ya en recesión (por debajo de 50) en el mes de septiembre.

Aunque nuestra industria exportadora ha tenido un excelente comportamiento desde 2008, que es reflejo de los ímprobos esfuerzos de nuestras empresas por su supervivencia en un entorno interior tan hostil, no podemos seguir confiando en que esta mejoría continúe, como ya empieza a anticiparse con los datos de exportaciones actualmente disponibles, que muestran un ligero declive desde los máximos del mes de enero, una vez corregidos de variación estacional.

En conclusión, las perspectivas de la industria son, pues, bastante negativas para los próximos meses, ya que la debilidad de la demanda interna no hace sino aumentar mes a mes, y a su vez la demanda externa está mostrando alarmantes signos de decaimiento. Esto se traducirá inevitablemente en nuevos y más intensos deterioros en el nivel de vida de los españoles.

En Libre Mercado

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