La idea de considerar la vivienda como un valor refugio, como una inversión, ya se acabó. la burbuja de la vivienda no volverá si realmente hemos aprendido la lección.
Vender acciones perdiendo es algo habitual, se asume como una mala inversión, y ya está, se sigue viviendo. Entonces, ¿por qué vender un piso perdiendo parece que es el drama del siglo?
Algo que muchos no quieren saber es que para salir de la crisis algunos tienen que perder. ¿Y quienes son los que tienen que perder? Muchos de los que han contribuido a que se produzca esta crisis. La realidad es que el precio de la vivienda se ha elevado hasta niveles que no representan lo que vale, se ha pagado a precio de oro la existencia de cuatro paredes mal construidas que ni aíslan de ruidos ni del calor ni del frío, haciendo necesarios aparatos que consumen energía para adecuar la temperatura. Tienen que perder los bancos, las constructoras, las inmobiliarias, todos los que han especulado con este bien a pesar de lo que dice la Constitución Española.
Nada explica el precio de la vivienda a no ser un mecanismo para evitar que en este mundo globalizado manos extranjeras adquieran cada vez más propiedades españolas, o como un mecanismo de selección donde sólo los más aptos sobrevivan. Pero esto no es útil, porque los inmigrantes extranjeros están dispuestos a vivir en condiciones infrahumanas apiñados en pisos y porque el dinerito de papá y mamá vendrá en ayuda de miles de mequetrefes de este país.
Hay mucha gente necia. Se aferra a su convicción por mucho que la realidad le golpee en la frente y le grite ¡necio!. Creen en lo que quieren creer porque les conviene. No creen en lo que no les conviene pese a toda evidencia empírica.
Con la vivienda pasa al igual que con otras muchas cosas como el aferramiento a ideologías que se saben dañinas, votos irracionales a políticos ineptos, derrochadores, malversadores y corruptos, etc.
Tanto en primera como en segunda vivienda, todo aquél que comprara la vivienda a partir de 2004 y necesite vender (si no lo necesita, más vale que espere los años necesarios), se ha de mentalizar que perderá un 20, 30 o 40% del valor que pagó en su día. Sin contar los intereses que haya abonado por la hipoteca. Cuanto más tarde en venderla, más perderá. Ya se venden viviendas con pérdidas de más de la mitad del valor al que se vendían hace tres o cuatro años.
Por muchas manipulaciones y mentiras que se digan, la realidad es la que es:
1. Restricción del crédito por las razones ya conocidas.
2. Enorme existencias de viviendas puestas a la venta. Tanto nuevas como usadas.
3. Pocos demandantes de viviendas con posibilidades reales de comprar.
¿Los españoles aprender la lección en algo ? Jajaja...