El Gobierno belga se encamina hacia la nacionalización de Dexia Bank Belgique, la parte belga de la entidad, que se ha convertido en la primera víctima del agravamiento de la crisis de deuda por tener un gran volumen de bonos griegos en su cartera y crecientes dificultades para acceder a la liquidez, según asegura el diario económico L'Echo. La idea consistiría en que el Estado belga tome el control de la entidad para, posteriormente, tratar de venderla a inversores privados a corto o medio plazo. Luxemburgo y Francia estudian planes similares para los respectivos segmentos nacionales de Dexia, ya que la entidad cuenta con sede operativa en los tres países.
Por su parte, París ya tiene un plan para nacionalizar dos o tres bancos galos, según Le Figaro. El Gobierno galo lleva estudiando en los últimos días la puesta en marcha de un esquema para entrar en el capital de algunas entidades "por si acaso", según las fuentes consultadas próximas a la operación. En este caso, la nacionalización afectaría a "dos o tres bancos".
Los galos SocGen y BNP y el belga Dexia son, hoy por hoy, las entidades europeas menos sólidas para afrontar la tormenta de deuda pública, debido a su elevada exposición a bonos periféricos y a que tienen una mayor necesidad de financiación a corto plazo y un menor volumen de activos liquidables.
Peligra la triple A
El problema es que de llegar a culminarse el rescate público de estas entidades, peligraría de forma sustancial la máxima nota crediticia (triple A) que aún mantiene la deuda pública gala, según los analistas. Pese a ello, el ministro francés de Finanzas, François Baroin, señaló que en caso de respaldar a Dexia "no va a aumentar la deuda del Estado, ya que los avales otorgados a los bancos no se contabilizan como deuda pública". Claro que el resultado sería muy diferente en caso de que Francia entre finalmente en el capital de Dexia o de otras entidades galas.