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"soy un charlatán"

El trader del apocalipsis admite ser un 'pringado'

No es oro todo lo que reluce: el trader del apocalipsis, ni es tan exitoso, ni tiene tantos motivos para la arrogancia. 

No es oro todo lo que reluce: el trader del apocalipsis, ni es tan exitoso, ni tiene tantos motivos para la arrogancia. 

Alessio Rastani pasó de ser un Don nadie a convertirse en el trader villano en cuestión de horas. Después de su explosiva entrevista para la BBC, este hombre se convirtió en la noticia del día y no hubo medio sobre el globo que no se hiciera eco de sus incendiarias afirmaciones, tratando de desmontarlas, ridiculizarlas o rechazarlas. En apenas un día, a Rastani le han dedicado sesudas reflexiones los más prestigiosos columnistas internacionales, y no pocos han encaminado sus esfuerzos en desenmascararle, tratando de demostrar que era un actor o un falso trader. La BBC tuvo que desmentirlo oficialmente. Incluso, se ha especulado con que formase parte de la organización Yes Men, que se dedica al noble arte de "desenmascarar a las multinacionales" haciéndose pasar por sus portavoces, denunciando así sus "atropellos". 

Aunque sería una hipótesis bastante plausible, Rastani no es uno de esos "activistas": no forma parte de ninguna organización secreta, ni es un Robin Hood de los afectados por la crisis. Es un proyecto de trader muy lenguaraz, un hombre con hipoteca que sueña con jugar con los mayores en Wall Street; pero que de momento ahorra cada euro para poder invertir pequeñas cantidades. Y esto no son especulaciones ni rumores: no ha hecho falta que nadie le desenmascare, ya lo ha hecho él mismo en una entrevista a Forbes, donde el exitoso y arrogante trader que dejó a medio mundo boquiabierto se desinfla y descubre al joven de 34 años que comparte su casa y dice que el trading es su "hobby". En el fondo, no es más que un 'pringado' con ínfulas de grandeza. 

Un charlatán, y el trading su "hobby"

"Yo no soy un trader institucional. Nunca haría eso", asegura en la entrevista. "Yo comercio con mi propio dinero, mi propia cuenta, desde mi casa. Es lo que siempre he querido hacer. Me gusta la idea de no tener un jefe. Yo trabajé para una institución, pero me di cuenta que quería hacerlo por mí mismo. Acabo de empezar, y he trabajado con alguno de los mejor traders del mundo. He visto cómo ellos hacen las cosas", declara.

Rastani no podía decirlo más claro: acaba de empezar. Hace apenas un par de años que este treintañero se ha lanzado a la aventura de invertir, y aún está tratando de hacer de su hobby una profesión. Y como además de mucha voluntad el chico tiene mucha labia y cierta facilidad de palabra, entretanto, publica en su blog anotaciones pretendidamente provocadoras. Entonces, la BBC le llama, y aparece su oportunidad dorada.

En la entrevista con Forbes, el joven reincide con insistencia en que tiene "muchos amigos traders", a los que admira mucho porque "tienen su propio despacho, y básicamente invierten con su dinero. Algunos de ellos son millonarios y lo hacen realmente bien, y yo sigo sus pasos". Cuando se le pide que concrete, y hable de esas figuras a las que admira y con las que trabaja, el titubeo del joven roza la vergüenza ajena. "Eh...bueno, yo iba a mencionar a alguien, quien podría ser... Pero si menciono a alguien, le estaría dando publicidad gratuita, ¿no?". Y continúa, vacilante: "Bueno... Si mencionara a alguien, diré alguien que me gusta y he leído sobre él... Recuerdo haber escuchado a Linda Raschke en América. De los actuales, Guy Cohen", dice con no poca dificultad.

¿Es este hombre dudoso y vacilante el mismo que ayer era la viva imagen de la arrogancia?. Ante estas respuestas abstractas, el periodista trata de que Rastani concrete, y ahí es donde afloran sus verdaderas carencias: "¿Qué tipo de trader eres tú?", le pregunta. Al ver su respuesta, podemos imaginar a la perfección a Rastani completamente sorprendido, que dice con desconcierto: "¿A qué te refieres?". El entrevistador contesta con condescencia, tratando de no aumentar el ridículo: "Normalmente los traders tienen estrategias...". El trader de baratillo contesta atribulado que su estrategia es que aborrece el "riesgo".

Sobre el vídeo, y su fama sobrevenida Rastani dice que todo "se ha exagerado", amparándose en los clásicos argumentos de que él no sabía que esto iba a tener este eco, y que pensaba que "todo el mundo sabía este tipo de cosas". "Lo que yo estaba tratando de decir es, mira, básicamente todo el mundo debe preparase. Trataba de ser el chico bueno. Si este mercado va a chocar, entonces tienes que prepararte", asegura. 

En The Telegraph, Rastani termina de describirse: "Soy un hablador, un charlatán, me encanta dar discursos en público. Me gusta llamar la atención. Esa es la razón por la que dí la entrevista a la BBC. Operar en bolsa es como un hobby para mí, no un negocio". En la entrevista en Forbes, el trader dice que lo que más le gusta es "la enseñanza", ayudar a la gente a saber dónde invertir. Después de este harakiri público, quizás deba centrarse en restaurar su credibilidad antes de dar lecciones.

Algo que también sería extensible a la televisión pública británica BBC, cadena de referencia ineternacional, que es la responsable de dar pábulo a un inversor aficionado, otorgándole el título de experto y prestigioso trader de la City londinense cuando, en realidad, se trata de un completo desconocido en este sector.

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