En la segunda entrega de este análisis sobre el sistema eléctrico español vamos a discutir un concepto de importancia capital a la hora de comprender el funcionamiento del mismo. Hoy vamos a tratar de comprender que no todas las tecnologías de generación eléctrica son iguales, no ya en su forma de producir electricidad, donde las diferencias son obvias, sino en el tiempo que cada una de ellas es capaz de producir electricidad a lo largo de un año. Analizaremos el concepto de "horas medias de funcionamiento" y veremos que es una manera de determinar la disponibilidad de las distintas centrales de producción eléctrica.
En el primer artículo de esta serie explicamos que la potencia instalada no era necesariamente proporcional a la energía eléctrica producida. Así, vimos como la energía nuclear contaba únicamente con el 7,5% de la potencia instalada en España y sin embargo producía el 21,5% de la electricidad. Sucedía al contrario con otras tecnologías como el carbón, la eólica o la solar, cuya cuota de participación en la electricidad producida era sensiblemente menor que su porcentaje de potencia instalada. La clave está en la distinción entre potencia y energía, que no son la misma cosa aunque muchos se hayan empeñado en mezclarlas para revolver el agua del río y llevarse las truchas.
Miren detenidamente una bombilla de bajo consumo de las que les regaló el ministro Sebastián. Si se fijan verán escrita la potencia de la misma, en mi caso tengo una de 14 vatios. Ahora bien, el vatio es una medida de la potencia de la bombilla, pero no es nunca una medida de la electricidad que esa bombilla va a consumir, porque para eso nos hace falta el dato clave: cuánto tiempo está encendida la bombilla. Veamos.
La potencia se mide en vatios. La electricidad consumida se mide, al ser una energía, en vatios·hora. Ejemplo: si yo tengo encendida durante una hora mi bombilla, ésta consumirá 14 vatios x 1 hora = 14 vatios·hora de energía eléctrica, es decir, de electricidad. Si yo tengo encendida mi bombilla un día entero, consumirá 14 vatios x 24 horas = 336 vatios·hora. Si la tuviera encendida un año entero, consumiría 14 vatios x 24 horas x 365 días = 122.640 vatios·hora = 122,64 kilovatios·hora. O lo que es lo mismo: 122,64 kWh, ¿me siguen? Tomen ahora el último recibo de la luz y vean cuántos kWh han consumido durante el último mes.
Y ahora viene la gran pregunta: ¿cuántos kWh consume mi bombilla si no la enciendo nunca en todo el año? La respuesta es obvia ¿verdad? Mi bombilla no consumiría absolutamente nada. Menuda trivialidad, me dirán ustedes. Efectivamente, lo es, pero démosle la vuelta al argumento. Ahora, en lugar de tener una bombilla que consume energía, tengo una central que produce energía, que produce electricidad. Para no cambiar los números, imaginemos que tengo una central pequeñita de 14 vatios de potencia, como la bombilla. ¿Cuál es la electricidad que produce mi central si funciona a plena potencia un año entero? 14 vatios x 24 horas x 365 días = 122,64 kWh, exactamente igual que la bombilla. Pero si mi central está parada todo el año, ¿cuánta electricidad produce? Exactamente, me han quitado la respuesta de la boca: cero kWh.
Y hemos llegado al meollo del asunto. La electricidad que produce una central no depende únicamente de la potencia de dicha central, sino también del número de horas que esa central funciona a lo largo del año. Por eso no sirve de nada cuando nos dan el dato de la potencia de una central eléctrica si no nos dicen cuántas horas funciona de media a plena potencia al año. En el kilómetro 200 de la carretera de Extremadura está la central nuclear de Almaraz. Rodeando dicha central hay cientos de paneles solares y un cartel muy grande que pone "Potencia 22 MW". Muy bonito, pero eso no sirve de nada. ¿Cuánta electricidad producen esos paneles? Ésa es la cuestión real, lo importante, porque si no hay sol los paneles no producirán ni un kWh de electricidad y da igual cuánta potencia tengan, que no les líen.
Veamos un ejemplo real de nuestro sistema eléctrico. La energía nuclear en España cuenta con una potencia instalada de 7.716 millones de vatios y produjo una electricidad de 61.944 miles de millones de vatios·hora, que en notación técnica ponemos como 61.944 GWh (gigavatios·hora). Al dividir la electricidad producida entre la potencia instalada, el resultado denota el número de horas que la energía nuclear funcionó a plena potencia durante el pasado año. En este caso nos salen 8.028 horas y conviene recordar que un año tiene 8.760 horas.
Si hacemos la misma cuenta para todos los tipos de centrales eléctricas que tenemos en España obtenemos los siguientes resultados, de mayor a menor: nuclear (8.028 horas), gas natural (2.564 horas), hidráulica (2.281 horas), carbón (2.174 horas), eólica (2.153 horas), solar fotovoltaica (1.737 horas) y fuel/gas oil (1.634). Por resumirlo rápido, las centrales nucleares funcionan casi siempre y el resto de centrales no funciona casi nunca.
Y llegamos así a la siguiente pregunta clave de la discusión: ¿y el resto de centrales funcionan tan pocas horas porque los dueños no las encienden o porque las centrales no dan más de sí? Pues un poco de ambas cosas, dependiendo de la tecnología. Las energías renovables (eólica, hidráulica y solar) funcionan tan pocas horas por factores climatológicos. El sol tiene la manía se salir únicamente por el día, llueve cuando le da la gana y el viento es caprichoso y sopla cuando quiere. El gas natural, en cambio, funciona tan pocas horas porque el intervencionismo en el sector eléctrico ha hecho que buena parte de estas centrales estén paradas. Pero para esta discusión les emplazo a otro artículo.