El consejero alemán del BCE Jürgen Stark ha anunciado esta misma tarde la dimisión de su cargo. Aunque en el comunicado oficial se habla de "razones personales", lo cierto es que desde hace tiempo se conocía su desacuerdo con la dirección del organismo, debido al conflicto que mantiene con Trichet -presidente de la entidad- por la compra de bonos españoles e italianos, según informa Reuters.
El Banco Central Europeo, que al principio rechazó hacer comentarios al respecto, tuvo que admitir a eso de las 16.00 horas, a través de un comunicado en su página web, el abandono de Stark, casi tres años antes del cumplimiento de su mandato. Eso sí, el organismo asegura que los motivos de sus decisión son "razones personales", algo que no parece haber convencido a los mercados europeos, que caían con fuerza a poco más de una hora para el cierre de la sesión.
El vice ministro de Finanzas de Alemania, Joerg Asmussen, sustituirá a Stark, que también ejercía como economista jefe de la entidad, en el consejo del BCE, según fuentes conocedoras de la situación.
Jens Weidmann y Jürgen Stark, los dos consejeros alemanes del BCE, fueron, junto a dos representantes en la entidad de los países del Benelux, los únicos miembros del BCE que votaron a principios de agosto en contra de que la institución comprara deuda pública de los países periféricos en los mercados secundarios, una cuestión que ya le costó a Axel Weber, antecesor de Weidmann en el Bundesbank y el BCE, sus aspiraciones para presidir la entidad europea. Por eso, toda la prensa europea destaca que el verdadero motivo del abandono de Stark son sus diferencias de opinión con Trichet y con la política seguida por éste en las últimas semanas.
Precisamente, Weidmann, presidente del Bundesbank (banco central de Alemania), lleva tiempo advirtiendo del creciente riesgo existente para la credibilidad de la entidad emisora por "difuminar" las fronteras entre la política monetaria y la fiscal, que corresponde a los gobiernos.
"En el largo plazo, difuminar estas delimitaciones erosiona la confianza en los bancos centrales y, por lo tanto, respecto a la política monetaria", afirmó Weidmann en un discurso pronunciado en Hanover este verano, donde instó a retirar cuanto antes los riesgos adicionales asumidos. "Las decisiones sobre la toma de riesgos adicionales deberían ser adoptadas por los gobiernos y parlamentos, ya que son los únicos legitimados democráticamente para hacerlo", añadió.
Stark, por su parte, ha afirmado en varias ocasiones su rechazo frontal a la compra de bonos periféricos, así como a la creación de eurobonos. Desde la reactivación del programa para ayudar a España e Italia, el BCE ha comprado 50.000 millones de euros en bonos y ha logrado rebajar la prima de riesgo de ambos países, que llegó en agosto a los 400 puntos básicos, por debajo de los 300 puntos. No obstante, en los últimos días la prima de riesgo ha vuelto a dispararse.
Tras conocer su renuncia, Trichet le ha agradecido "calurosamente" su "destacada contribución a la unidad europea durante muchos años". La dimisión de Stark se produce en un momento especialmente complicado para el BCE por su destacado papel en la lucha contra la crisis de deuda y la inminente retirada de Trichet, que desde noviembre será sustituido por el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi.