Las dificultades a las que se enfrenta actualmente el sector bancario europeo están provocando una huida de depósitos generalizada. Según datos del BCE, desde enero del año pasado hasta julio del corriente, Irlanda y Chipre vieron reducidos sus depósitos bancarios en más de un 15%. Incluso el Reino Unido, fuera de la zona euro, ha perdido algo más de un 10%.
Además, las instituciones financieras americanas han empezado también a reducir su exposición a los bancos de la zona euro. En junio, los diez principales fondos norteamericanos anunciaron que la reducían en un 20%. En julio anunciaron un 9% adicional. Esta decisión americana es especialmente importante porque se trata de instituciones financieras que aportan una muy necesaria financiación a corto plazo para las europeas. Los más afectados, en este sentido, han sido los bancos franceses que, en algunos casos, han sufrido importantes caídas en el valor de sus acciones. Es el caso de Société Générale, cuyo valor bursátil se ha desplomado un 50% en los úlitmos tres meses.
Retirada de depósitos en Europa...
A primera vista puede sorprender que los depósitos bancarios griegos sólo se hayan reducido un 2,9% desde enero de 2010. Pero como se ve en el segundo gráfico, la retirada de fondos por parte de los particulares y las empresas en Grecia (en rojo) ha sido compensada en buena medida por la llegada de nuevos fondos procedentes de otras instituciones financieras monetarias (IFM, en azul). Se trata, principalmente, de bancos y fondos que han destinado su efectivo a Grecia como resultado de las diferentes medidas internacionales adoptadas (rescate), precisamente, para apoyar su sistema bancario.
Aunque en la zona euro, en su conjunto, las retiradas de depósitos por parte de las IFMs (en azul) han quedado más que compensadas por las aportaciones de particulares y empresas (en rojo), las primeras son, de por sí, preocupantes. Que los principales bancos e instituciones prefieran no tener sus depósitos en el sistema financiero europeo es, posiblemente, el más claro indicio de que algo anda muy mal en Europa.
Y dan la razón, así, a Christine Lagarde -directora gerente del FMI- cuando afirmaba que era "urgente" y "sustancial" recapitalizar la banca europea, en contra de las tesis optimistas del presidente del BCE, Jean Claude Trichet, o el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn. Decía Lagarde que "la crisis de confianza ha agravado seriamente la situación".
De momento, esta desconfianza de las IFMs en las propias IFMs europeas sólo se ha extendido al público general -empresas y particulares- en Irlanda y Grecia, pero el goteo continúa. Según el inversor George Soros, "estamos al borde de un colapso económico que empieza, digamos, en Grecia. El sistema financiero sigue siendo extremadamente vulnerable".
...destino EEUU
Esos centenares de miles de millones de euros que las instituciones financieras han ido retirando de sus depósitos en Europa parecen haber ido a parar, en su mayoría, a depósitos en bancos de Estados Unidos.
Según los datos de la Reserva Federal (FED), durante este año, los depósitos en el sistema bancario del país han ido aumentando paulatinamente de 6,8 billones de dólares hasta 7,4, tal y como puede observarse en el anterior gráfico. Son, concretamente, los bancos no americanos sitos en Estados Unidos los que han protagonizado este aumento de más de medio billón de dólares en efectivo, como se ve en el siguiente gráfico. Precisamente, una cifra similar, aunque algo inferior, a la anteriormente mencionada retirada de efectivo de depósitos en Europa.
Cabe mencionar que a estas transferencias transatlánticas puede haber contribuido muy significativamente la segunda ronda de estímulo monetario (QE2) emprendida durante la primera mitad de 2011 por Ben Bernanke, presidente de la FED.
A principios de año, las matrices bancarias no americanas eran deudoras netas de sus filiales norteamericanas (en rojo). Pero esos bancos extranjeros han ido inyectando fondos en sus filiales de EEUU hasta llegar a salar su deuda el pasado mayo.
Lo curioso, sin embargo, es que tales transferencias interbancarias no pararon ahí y, de hecho, las matrices europeas siguieron enviando efectivo a sus filiales situadas al otro lado del Atlántico. La última vez -en el pasado reciente- que bancos no americanos dirigieron tantos fondos al sistema bancario norteamericano fue, precisamente, a finales de 2008, en plena crisis financiera internacional.
Josef Ackerman, el director de Deutsche Bank, afirmaba hace pocos días: "Todo esto me recuerda al otoño de 2008 [...] Es un secreto a voces que numerosos bancos europeos no sobrevivirían si tuviesen que reevaluar a niveles de mercado la deuda soberana que tienen en sus balances". Los datos expuestos parecen darle la razón.