El esperado fallo del Tribunal Constitucional de Alemania sobre el rescate de socios comunitarios incluye tres puntos básicos. En primer lugar, tal y como se esperaba, ha rechazado las demandas presentadas contra la participación de Berlín en el rescate de Grecia, Irlanda y Portugal, así como en el Fondo de asistencia financiera para los socios en problemas.
Sin embargo, la segunda clave consiste en que los próximos desembolsos deberán contar con la aprobación, explícita y vinculante, del Comité Presupuestario del Parlamento germano (Bundestag), lo cual podría ralentizar la aplicación de los acuerdos alcanzados por el Eurogrupo el pasado julio, referidos a la ampliación y flexibilización del actual Fondo de rescate europeo.
"El Gobierno federal requiere la aprobación del Comité Parlamentario de Presupuestos antes de comprometer garantías", dijo el juez Andreas Vosskuhle en la lectura del veredicto. Asimismo, el Constitucional germano dictaminó que el Bundestag deberá contar con "suficiente influencia" en el establecimiento de las condiciones de futuros acuerdos de rescate. "Como representantes del pueblo, los representantes elegidos por el Bundestag en el marco de la UE controlarán las decisiones básicas de la política presupuestaria", añade la sentencia. De hecho, el juez subrayó que esta decisión del Constitucional "no debería malinterpretarse como un cheque en blanco para nuevos paquetes de rescate".
El Parlamento tendrá un papel clave
De este modo, el Parlamento contará a partir de ahora con capacidad de veto sobre la activación del futuro Fondo de rescate. El Comité Presupuestario tendrá la última palabra sobre la participación germana. Si bien hasta ahora sus decisiones siempre han ido en línea, "aunque a regañadientes", con las pautas marcadas por el Gobierno de Angela Merkel, esta condición otorga una "mayor influencia" al Parlamento sobre la participación germana en los rescates, con lo que la incertidumbre sobre su mantenimiento "continuará", según el análisis del dictamen efectuado por el think tank Open Europe, especializado en temas comunitarios.
En tercer lugar, el TC refuerza el rechazo expresado hasta ahora por Merkel a la creación de eurobonos. Y es que, según el fallo, "Alemania no puede asumir los pasivos [deuda] de otros países". Sin embargo, al mismo tiempo, la Corte parece sugerir que la deuda pública conjunta de la eurozona podría considerarse constitucionalmente válida siempre y cuando Berlín juegue un "papel más fuerte a la hora de decidir sobre las políticas fiscales de otros estados miembros", según dichos expertos.
En concreto, según la nota oficial del TC, "el Bundestag no puede establecer mecanismos permanentes bajo acuerdos internacionales cuyo resultado sea asumir los pasivos adoptados de forma voluntaria por otros países, especialemente si tienen consecuencias cuyo impacto [en las finanzas germanas] es defícil de calcular".
Según los analistas, "esto parece sugerir que cualquier movimiento hacia los eurobonos sería inconstitucional, ni siquiera con el acuerdo del Bundestag. Sin embargo, la redacción de la declaración es también indicio de que si Alemania tiene una mayor influencia sobre las políticas fiscales de otros estados, donde había asumido una responsabilidad, entonces, de hecho, puede que no sea inconstitucional".
Eurobonos
Y es que, efectivamente, uno de los argumentos esgrimidos por el TC para aceptar como válida la participación germana en el rescate de Grecia, Irlanda y Portugal consiste en la imposición de condiciones para que Berlín se "asegure una influencia determinante" sobre las políticas del país en problemas.
Es decir, la máxima autoridad judicial de Alemania no se opone frontalmente a la creación de una especie de Estados Unidos de Europa, el Gobierno económico europeo que recientemente propusieron Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, pero siempre y cuando Berlín maneje los hilos de tal superestado con el fin de que pueda controlar, directa o indirectamente, la política presupuestaria y económica del resto de socios de la zona euro. Dicho de otro modo, debería producirse una cesión de soberanía por parte de los países miembros hacia Berlín ya que, en definitiva, el eurobono se sustentaría en gran medida sobre la economía germana.
"Esto podría generar en el futuro un conflicto entre las democracias nacionales en caso de que los eurobonos se consideren necesarios para sostener la moneda única a largo plazo", señala el informe sobre el fallo. Pese a ello, la sentencia está generando diversas interpretaciones. Así, por ejemplo, destacados miembros del Gobierno de Merkel declararon que el TC tumbaba la posibilidad de crear eurobonos. Sin embargo, desde Open Europe interpretan que deja, al menos, un puerta abierta. Aun así, "las implicaciones de la sentencia todavía siguen sin estar claras", añaden.
Por último, si bien el TC no se manifiesta sobre la legalidad de la compra de bonos públicos por parte del Banco Central Europeo (BCE) -pese a las implicaciones potenciales que podría tener sobre la estabilidad de precios y la independencia del BCE-, es "probable que esta inquietante cuestión reaparezca en el futuro", advierten los expertos de esta entidad.
El plan de Merkel: un nuevo Tratado de la UE
En todo caso, la aceptación de eurobonos por parte de Alemania implicaría aprobar importantes cambios en su ordenación jurídica. Y en esa dirección parece orientarse Merkel. Berlín está tratando de levantar una especie de "Europa de dos velocidades", según informa Spiegel. El objetivo consiste en avanzar en la creación de un auténtico "gobierno económico" mediante un nuevo tratado fundacional, que se aplicaría de forma paralela al de Lisboa. Ésta fue la idea expuesta por el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, la semana pasada a la dirección de su partido.
Es decir, una nueva y estrecha alianza entre los 17 socios de la zona euro que implique la unificación de políticas fiscales, presupuestarias y económicas, frente al resto de miembros de la UE. Ello, a su vez, implicaría levantar nuevos organismos europeos, una especie de Gobierno en la sombra bajo la tutela de Berlín y París.
En este sentido, el propio comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, advirtió el miércoles de que la creación de eurobonos supondría para los países ceder soberanía fiscal, por lo que consideró necesario un debate profundo con los Estados miembros para ver si estarían dispuesto a aceptar eso. "Está claro que los eurobonos, en cualquier forma que sean introducidos, tendrían que ir acompañados de una vigilancia fiscal sustancialmente reforzada y coordinación de políticas", sostuvo. De este modo, el debate sobre los eurobonos sigue abierto y, por el momento, parece que la sentencia del TC no lo ha cerrado.