Si despedir a un trabajador le cuesta a las empresas una media de 12.000 euros, en el sector financiero esta cifra asciende hasta los 97.000. A comienzos de 2008 el coste medio de la indemnización por despido en la banca era de 24.357 euros, una cantidad que se ha cuadruplicado a día de hoy.
Llama la atención que aunque el sector financiero cuente con unos sueldos por encima de la media, las indemnizaciones no guardan una correspondencia real con los salarios. Mientras que el sueldo promedio de un trabajador de banca o seguros ronda los 4.127 euros su indemnización es ocho veces mayor, según informa el diario Cinco Días.
La explicación a esto se centra en el hecho de que la banca ha acudido tradicionalmente a la vía de las prejubilaciones para llevar a acabo sus ajustes. Muchas entidades han otorgado a sus trabajadores la opción de acogerse a bajas incentivadas, por la vía de un ERE, en las que la empresa se compromete a pagar una cuantía mayor que el de la indemnización mínima (20 días por año trabajado si el despido es procedente, o 45 días si no está justificado) a cambio del cese voluntario. En algunas entidades incluso le han sumado a esta cifra una prima fija de miles de euros.
Otro de los factores que influyen en el coste de los despidos ha sido que con la reestructuración, la duplicidad de puestos directivos ha obligado a prescindir de altos cargos, con salarios muy superiores a los de la media.
En total las cajas de ahorros españolas en las que se detectaron necesidades de capital han prescindido de 9.230 empleados en lo que va de proceso. Les resta una cuarta parte del ajuste, hasta las 12.108 salidas que hay anunciadas.
Y lo más importante es que este proceso no se hubiera llevado a cabo sin las inyecciones de dinero público por parte del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Este organismo ha concedido crédito por más de 10.000 millones de euros para reformar las cajas y por consiguiente su plantilla de empleados.