El Producto Interior Bruto (PIB) de Francia se estancó en el segundo trimestre del año, cuando no registró crecimiento alguno, en contraste con la fuerte expansión del 0,9% observada en los tres primeros meses del año, según informó el Instituto Nacional de Estadística de Francia (INSEE).
El estancamiento de la economía francesa contrasta con las previsiones del Banco de Francia, que auguraba una expansión del PIB del 0,2%. El principal motivo para este mal dato se encuentra en el fuerte retroceso (-0,7%) experimentado por el gasto de los consumidores, frente a la expansión del 0,4% del primer trimestre.
No obstante, el ministro francés de Economía, Francois Baroin, afirmó en declaraciones a la emisora RTL que el Gobierno francés no se plantea modificar sus previsiones de crecimiento para el conjunto de 2011.
Gobierno francés lo atribuye a un "frenazo coyuntural"
El Gobierno francés por su parte, ha tratado este viernes de enviar un mensaje de confianza en los mercados después de que se conociera que la economía del país, segunda más grande de Europa, se estancó en el segundo trimestre del año tras haber crecido de forma importante en el primero.
El Producto Interior Bruto (PIB) francés se mantuvo estable entre abril y junio, tras haber crecido un 0,9 por ciento entre enero y marzo, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INSEE). La cifra es muy inferior a lo esperado, tanto en sus previsiones iniciales por el INSEE, que apostaba por un crecimiento del 0,3 %, como las del Banco de Francia, que a principios de semana calculó un 0,2 %.
La noticia llegó en un momento de convulsión de la Bolsa de París, muy reactiva a todas las noticias y rumores que se publican. El ministro de Economía, François Baroin, reconoció que el estancamiento del segundo semestre es "un poco decepcionante", pero lo atribuyó a un "frenazo coyuntural" que se compensa con la subida, superior a lo previsto, registrada en el primer trimestre. Por eso, aseguró que el Ejecutivo mantiene su previsión para el conjunto del año, que pasa por una mejora del PIB del 2 %.
Baroin destacó elementos positivos de la coyuntura, como la "robustez de las inversiones" y la creación de empleos superior a lo previsto. El INSEE anotó 68.000 nuevos empleos, 20.000 más de los esperados. El ministro destacó la "solidez de los cimientos económicos franceses" y atribuyó el estancamiento del PIB a la reducción del consumo interno (-0,7 %), que para el responsable de Economía responde a la eliminación de las subvenciones para la compra de vehículos nuevos.
Baroin trató así de calmar a unos mercados que siguen muy de cerca las decisiones de los Gobiernos y que están esperando a evaluar a Francia sobre su compromiso de reducir el déficit público hasta el 5,7 % en este año. El ministro de Finanzas tendrá que encontrar solución a la difícil ecuación de reducir su déficit sin que ello se traduzca en un freno a la economía. Para no hacerlo, Baroin aseguró que no se subirán los impuestos, lo que deja a París como única salida la reducción de gastos.
El ministro recordó que Francia es el país con más tasa de gasto público de Europa, lo que, según su criterio, deja un gran "margen de maniobra" para recortar. El Gobierno adoptará un conjunto de medidas en ese sentido el próximo 24 de agosto y todo apunta a que recortarán algunas de las exenciones fiscales que existen en la actualidad.
Eliminando esos nichos fiscales, el Ejecutivo recaudó 11.000 millones en 2011 y ya había previsto otros 3.000 millones más para 2012. Pero la responsable de Presupuesto, Valérie Pécresse, aseguró que están dispuestos a "ir más lejos" si es preciso para mantener el compromiso de reducción del déficit. Francia necesita en ese punto ganar la confianza de los mercados que han mostrado en los últimos días dudas sobre la solidez de su economía.
Rumores de rebaja en su calificación
El rumor extendido de que una de las agencias de notación se estaba planteando degradar la nota sobre la deuda soberana francesa provocó el hundimiento de la Bolsa de París el pasado miércoles y el consiguiente arrastre de todos los parqués europeos. De poco sirvieron los desmentidos de las agencias y que el presidente, Nicolas Sarkozy, interrumpiera sus vacaciones para reunir a un gabinete de crisis y anunciar un adelanto de las medidas de recorte. El selectivo CAC-40 se dejó casi seis puntos porcentuales con los bancos a la vanguardia de las pérdidas.
Desde entonces, el Gobierno ha multiplicado los mensajes de confianza en el sector financiero y la Autoridad de Mercados Financieros (AMF) suspendió las operaciones a descubierto con el objetivo de dificultar la volatilidad que tenían las acciones de los bancos. Cuando parecía que la situación se estabilizaba en la zona del euro, con una subida ayer de su indicador de referencia del 2,89 %, la noticia del estancamiento de la segunda economía de la zona euro puede volver a perturbar los mercados.
Sarkozy recibe el martes a la canciller alemana, Angela Merkel, en otro gesto para inyectar confianza en los inversores. Los dos líderes mostrarán su disposición a acelerar la reforma de la gobernanza de la zona del euro, según Baroin.