El Instituto de Cinematografía y las Artes Audiovisuales, dependiente del ministerio de Cultura, convocó el pasado 7 de febrero una línea de subvenciones para películas de procedencia española, comunitaria e iberoamericana. Se trataba de repartir dinero a los cineastas que de estas tres procedencias que realizaran cortometrajes y largometrajes al margen de la aceptación popular de dichos trabajos o incluso de que llegaran a exhibirse en salas comerciales, cosa que no siempre ocurre en estos casos sin que al beneficiario se le exija la devolución del dinero recibido.
Esta convocatoria nació dotada con 2,9 millones de euros, a repartir entre los beneficiarios según el criterio del departamento de González Sinde. Sin embargo, la señora ministra ha decidido que semejante dineral no es suficiente para premiar a los cineastas de origen europeo e iberoamericano, así que ahora publica una nueva resolución por la que se añaden otros 2,6 millones de euros con el mismo destino.
En total, la partida dedicada a la financiación de estas películas con criterio territorial ha aumentado hasta los 5,5 millones, lo que supone prácticamente el doble de lo que había previsto en un principio.
Si la crisis económica iba a imponer criterios de austeridad en el gasto público, es evidente que el cine, al menos el europeo e iberoamericano, no va a sufrir los rigores financieros que en cambio están afectando de forma muy grave a otros sectores productivos.
Dejando al margen la escasa justificación ética de que los españoles debamos pagar a cineastas de otros países, sorprende el alegato del ICAA para defender este incremento del dinero previsto en principio para financiar estas películas. Dice el ministerio de Cultura refiriéndose a los cineastas que van a ser agraciados con esta ronda de dinero público, que "el esfuerzo que realizan para poder competir con las grandes distribuidoras hace aconsejable que, dentro de las posibilidades presupuestarias actuales, se apoye su labor ya que se considera imprescindible dentro del mundo del cine (sic)." Tan "imprescindible" que en plena devastación financiera van a recibir el doble de lo que habían previsto a comienzos de año.