España debería introducir un acuerdo nacional para reducir el tamaño del sector público y del gasto público, así como llevar a cabo medidas de eficacia y reducción de costes frente al incremento de la presión fiscal, según el Eurobarómetro de las reformas elaborado por Businesss Europe.
Según Businesss Europe, el éxito de la UE en los próximos años en su conjunto dependerá de su capacidad para promover políticas nacionales que fomenten la competitividad a nivel mundial, restauren la sostenibilidad fiscal y estimen la inversión privada y el crecimiento del empleo, informa Europa Press.
De hecho, considera de "máxima prioridad" el restablecimiento de unas bases sólidas de crecimiento económico y ve "esencial" conseguir una respuesta "duradera" a la crisis financiera y de deuda soberana así como restablecer la confianza de cara al futuro.
Entre las reformas prioritarias señala la reducción del gasto público y el incremento de la eficiencia en el sector público, la mejora de las condiciones marco para la I+D, el apoyo a las políticas del mercado laboral, la eliminación de barreras normativas a la iniciativa empresarial, la realización de inversiones públicas eficaces, la reforma de las pensiones y la mejora de los sistemas de fijación salarial.
El estudio analiza la situación de los diferentes países de la UE y señala la necesidad de que España actúe en cuatro de estos frentes: el gasto público, la I+D, las barreras a la iniciativa empresarial y los sistemas de fijación salarial.
Por otro lado, Businesss Europe ha creado un cuadro de indicadores de resultados a partir de diversas variables como la productividad y la inversión, el comercio y la competitividad, el empleo, la sostenibilidad fiscal y la estabilidad financiera.
En este sentido, asegura que la República Checa, Polonia y Eslovaquia figuran en una buena posición, mientras que Grecia ocupa una de las peores posiciones. Entre las grandes economías, España y Reino tienen un PIB per cápita y un nivel de productividad por encima de la media, pero adolecen de una base industrial reducida, un alto déficit público y una tasa de paro muy elevada, en el caso de España.