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La UE admite que ya trabaja en una fórmula para organizar la quiebra griega

Se multiplican las voces que exigen una solución para la deuda helena, incluso aunque eso suponga quitas para los acreedores privados.

El cerco sobre Grecia se estrecha. Después de muchos meses intentando evitar la quiebra de Atenas, los países de la eurozona parecen convencidos de que nada podrá comenzar a edificarse de nuevo si no se admite lo evidente: que el Estado heleno no será capaz de cumplir con todas sus obligaciones. Ahora, habrá que pactar cómo se hace y quién carga con la factura. Este lunes, Alemania y Holanda ya deslizaron que ellos estaban dispuestos a dar ese paso, que les llevaría de la "refinanciación ordenada" a la "reestructuración". Es decir, a la bancarrota pura y dura.

Pero este martes, el ministro de Finanzas holandés ha sido aún más claro, a la entrada de la reunión de los responsables económicos de la eurozona. Además, Jan Kees de Jager ha asegurado que no está solo y que los socios de Grecia ya no excluyen el impago parcial de su deuda como parte del segundo plan de rescate que preparan para Atenas. Y estas declaraciones se unen al artículo que el vicepresidente del Commerzbank, la segunda entidad alemana en volumen ha publicado este mismo martes. Incluso el sistema financiero germano, el más afectado por esta quiebra, acepta de esta manera que los acreedores privados tendrán que aceptar quitas.

El Eurogrupo desoye así los avisos del Banco Central Europeo (BCE), que se opone a cualquier quiebra parcial de Grecia y avisa de que desencadenará un efecto contagio al resto de países de la eurozona similar al provocado por la caída del banco estadounidense Lehman Brothers en 2008. También la vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, alertó este lunes de que esta opción aumentará la inestabilidad en los mercados.

"El BCE ha dicho que reafirma su posición, pero los 17 ministros ya no excluyen esto (en referencia a un impago parcial), así que tenemos más opciones con las que trabajar", ha dicho De Jager en declaraciones a la prensa a la entrada de la reunión de ministros de Economía de la UE.

El Eurogrupo había excluido hasta ahora la posibilidad de un impago de la deuda griega. De hecho, en su anterior reunión del 2 de julio, los ministros de Economía de la eurozona se comprometieron a lograr una contribución de la banca al segundo rescate que permitiera "una reducción sustancial de las necesidades de financiación anuales de Grecia, evitando un impago parcial".

Commerzbank: "Un camino doloroso"

En un artículo en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, el presidente de Commerzbank, Martin Blessing, ha abogado por una "reestructuración radical" de la deuda griega, es decir, que el país entre en suspensión de pagos. La sugerencia es relevante porque llega del responsable de uno de los mayores acreedores del país heleno.

Blessing enfatiza que todas las soluciones hasta ahora han resultado "insuficientes", que el país está "prácticamente al borde del hundimiento financiero" y que ningún "paquete de ahorro aplicable sobre una base democrática" podrá hacer que Grecia pueda afrontar por sí mismo los pagos.

En sus declaraciones, pone cifras a la cantidad que el sector privado debería aportar: 50.000 millones de euros. Su propuesta es que los acreedores asuman quitas del 30 por ciento en un plazo de treinta años. El camino, apunta, sería "doloroso, pero accesible".

También apunta al riesgo de "contagio" en España e Italia y destaca que "ningún paraguas sería suficiente" para salvar a ambos países. La solución para evitar que se llegara a esta situación sería, en su opinión, la quiebra de Grecia.

Aceptar lo inevitable

Lo más significativo de estas palabras es que vengan precisamente de uno de los principales bancos alemanes. El sector financiero germano es uno de los más expuestos a la deuda pública helena. Sin embargo, incluso en esta situación, están dispuestos a aceptar la quiebra de Atenas, si esto contribuye a aclarar la situación del resto de los países de la eurozona, especialmente España e Italia.

En la misma línea se ha manifestado este martes George Soros, que considera que la suspensión de pagos de Grecia puede resultar inevitable, por lo que subraya la necesidad de evitar que este evento de crédito se produzca de manera desordenada. "Grecia enfila hacia un default y/o una devaluación desordenada con consecuencias incalculables", señala Soros en una columna de opinión en el diario Financial Times, donde afirma que "para cambiar este en apariencia inexorable proceso hace falta un plan B de manera urgente" y advierte de que "una suspensión de pagos de Grecia puede ser inevitable, pero es necesario que no sea desordenada".

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