A un kilómetro del municipio de Requena, y en medio de la nada, se levanta una estación de AVE que a pesar de haber costado 12,4 millones de euros permanece vacía la mayor parte del tiempo y, además, retrasa con cada parada los trenes que se dirigen a Madrid o a Valencia.
Un proyecto a lo grande que se "abría" a que un amplio número de personas por motivos personales o profesionales, decidiesen visitar el municipio, decía su alcalde. Pero la alta velocidad que comunica Requena con Valencia en apenas 23 minutos, reduciendo en cerca de una hora el tiempo que emplean los trenes de Cercanías (aunque aumentando el coste del billete hasta los 24,5 euros), no ha convencido ni a vecinos ni a pasajeros.
Fuentes de Renfe aseguran que la parada del AVE en el primer mes de funcionamiento tuvo entre 40 y 50 pasajeros. Los datos de los primeros seis meses "se acercan mucho a estas cifras", dicen estas fuentes, que todavía no han dado datos oficiales sobre el tráfico de viajeros de esta estación y sí del resto de la línea, que supera el millón de usuarios, informa lasprovincias.es.
Un proyecto insostenible que no solo no ha beneficiado en los negocios de Requena, como se les anunciaba, sino que incluso les ha perjudicado porque ahora muchos de los empleados madrileños que trabajan en el municipio deciden volverse a Madrid cada día al ser más económico que alquilar un piso en Requena.
Parece que la visión empresarial de los lugareños estuvo muy por delante del Plan General de Fomento. Un ejemplo de ello fue que nadie se interesó por hacerse con el negocio del bar de una estación inaccesible y que no ofrece ningún servicio de desplazamiento a los viajeros que se apean a un kilómetro de la civilización. La licitación quedó desierta y actualmente el bar está cerrado.