Con más de 4,1 millones de parados registrados en el Inem, uno podría pensar que no es un buen momento para presumir sobre las cifras de empleo. Sin embargo, el Gobierno ha utilizado este lunes los datos del paro para vender a la opinión pública que este último trimestre ha sido "el mejor de la historia desde que se realizan las estadísticas". Luego, sus medios afines han repetido esta cifra hasta la saciedad, como si de ella pudiera desprenderse un cambio de tendencia. Sin embargo, un análisis a los datos del paro deja muchas más luces que sombras.
En primer lugar, hay que aclarar que el Gobierno tiene razón en que entre los meses de abril y junio ha caído el número de personas inscritas en los Servicios Públicos de Empleo por encima que en años anteriores. Sin embargo, este dato estaría incompleto si no se analiza con el resto de los elementos del mercado laboral. Destacan tres cuestiones que hay que tener en cuenta y que tiran por tierra el optimismo del Ejecutivo:
1. Estacionalidad: esta cuestión es la que más se repite en los medios para explicar la buena marcha del empleo en estos meses. España es un país con un sector turístico muy poderoso y los meses de verano ofrecen siempre (o casi siempre) caídas importantes del paro. Sin embargo, este año tenía una peculiaridad añadida: la Semana Santa ha caído tardísimo. Esta festividad se rige por el calendario lunar. De esta manera, el Domingo de Resurrección puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril. En 2011, lo hizo el 24 de abril, algo muy extraño.
Normalmente, la temporada turística transcurre desde la semana anterior a Pascua hasta mediados de septiembre. Por eso, casi siempre es marzo el mes fuerte de contrataciones en el sector, cuando numerosos hoteles, bares y restaurantes organizan su plantilla. Sin embargo, este año todo se retrasó muchísimo (quizás en parte porque los propietarios también esperaron al máximo a hacer las contrataciones) y abril fue excepcionalmente bueno.
2. Afiliación: aún más importante que la estacionalidad es el dato de la afiliación. Ésta es la cifra que verdaderamente marca la salud del mercado de trabajo. Las personas se apuntan a la Seguridad Social porque encuentran un empleo. Una cifra baja de nuevas afiliaciones nos indica entre otras cosas que hay menos gente que se incorpora al mercado laboral o que se están marchando del mismo; bien porque no confían en obtener un empleo o porque se van del país. En realidad, es el dato que indica cuantos puestos de trabajo nuevos se han creado. Supongamos un caso extremo en el que un millón de personas se marchasen del país en busca de trabajo: podría caer el paro, porque la gente se va de España y dejan de apuntarse a los Servicios Públicos de Empleo, pero esto no sería debido a una situación económica mejor (ni sería un motivo de alegría).
En el caso que nos ocupa, la caída del paro está relacionada también con la baja afiliación y eso no es motivo de alegría, sino de preocupación, porque habla mal de la salud económica del país. De abril a junio, ha habido un incremento de las afiliaciones en la Seguridad Social de unas 190.000 personas (parados que buscaban empleo en el sector servicios en los meses de verano). Aunque es un dato que parece muy elevado, no lo es en absoluto comparado con los años previos a la crisis. En 2005, la afiliación creció en casi 600.000 personas de abril a junio; en 2004 la cifra fue de casi 350.000 altas y en 2006 se acercó a las 400.000. Y todo eso teniendo en cuenta que no en todos estos años la Semana Santa cayó en abril. De hecho, en junio la afiliación cayó en 5.000 personas (50.000 en términos desestacionalizados), lo que es un indicio realmente preocupante.
3. Empleo temporal: la tercera mala noticia es que sólo el 7,2% de los contratos realizados fueron indefinidos. Es un porcentaje más bajo que el que había el año pasado, antes de aprobarse la reforma laboral que, en teoría, iba a servir para corregir la tradicional dualidad del mercado español.
De nuevo, ésta es una cuestión que sirve para explicar las teóricas buenas cifras del paro, pero que en absoluto es motivo de satisfacción. Muchos empleos que antes eran fijos y que se ha destruido desde que comenzó la crisis ahora se cubren con personal eventual. Los empresarios no pueden (y no quieren, debido a la normativa) hacer contrato que duren más que unos pocos meses. De hecho, tanto en 2009 como en 2010, el paro ha caído bastante en mayo y junio, para luego remontar también con mucha fuerza en septiembre. Es un síntoma evidente de que los empleos son únicamente temporales.
La paradoja es que en los buenos tiempos puede que se crease menos empleo en estos dos meses por una razón muy sencilla: esos puestos estaban cubiertos por trabajadores indefinidos. Así, los hoteles, bares, restaurantes y otros negocios del turismo tenían un personal fijo mucho más amplio y no necesitaban tantos refuerzos estacionales. Ahora, la plantilla fija está bajo mínimos y se hacen muchos contratos sólo para el momento estrictamente necesario.
La rueda de prensa
Además, de lo dicho, la rueda de prensa de Mari Luz Rodríguez y Octavio Granado (secretario de Estado de la Seguridad Social) ha sido extensa en explicaciones sobre la situación del empleo. Durante la rueda de prensa para valorar los datos del paro (que bajó en 67.858 personas en junio) y de la Seguridad Social, que descendió en 5.612 afiliados, Rodríguez destacó que el dato del desempleo es "bueno" porque, además, en el primer trimestre ha descendido en 212.000 personas.
Rodríguez dijo que también se produjo la mayor bajada del paro entre las mujeres en un mes de junio, especialmente por la hostelería y el turismo y, respecto a los jóvenes menores de 25 años, destacó que en el último año, casi 9.000 han dejado el paro. En cuanto a los sectores, valoró que el paro haya bajado en todos, a excepción de la agricultura, por la crisis del pepino, y anunció que Trabajo y los sindicatos se están reuniendo para estudiar medidas que palíen esta situación, según recoge Efe.
Respecto a la contratación, afirmó que el balance es "positivo" porque crece el contrato de fomento que ha aumentado un 31 % en un año, hasta 281.248, respecto a igual periodo precedente. De ellos, 123.247 (el 43 %) son iniciales y 158.001 (56 %) son transformaciones de temporales a fijos, señaló.
Rodríguez subrayó la "importante" proporción que existe entre contratos indefinidos (75 %) frente a los temporales (24 %) y expresó que "hasta cierto punto es normal" que no crezcan tanto los primeros porque son más propios de épocas de "normalidad económica" y no de "fuerte incertidumbre" como la actual. También dijo que desde el 13 de febrero, cuando se puso en marcha el plan de choque, se han firmado 1,5 millones de contratos a tiempo parcial, un 9,2 % más.
Respecto a la caída de la tasa de cobertura, Rodríguez explicó que se ha debido al menor número de solicitudes y recordó que cuando termina la prestación, los desempleados pasan al plan "Prepara" que contempla itinerarios, formación y ayuda de 400 euros. En este sentido, dijo que hay 105.000 beneficiarios que no computan en el índice de cobertura.
La 'crisis del pepino'
Por su parte, el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, explicó la caída de la ocupación porque "refleja" la crisis del pepino y subrayó que sólo Almería ha perdido más afiliados que el conjunto del territorio nacional. En el sector agrícola también ha influido el fin de la temporada de la fresa, algo que ha afectado especialmente a Huelva.
También hubo menos afiliaciones de las previstas en las comunidades autónomas porque "han intentado concentrar" las contrataciones antes de las campañas electorales, razón que explica el "anómalo" repunte de afiliados el mes pasado, según Granado.
Otra de las causas, añadió, han sido "algunas interrupciones" de contratos de los sectores educativo y sanitario, que se han adelantado y las sustituciones "probablemente" serán menores que otros años a causa de la consolidación fiscal, que tiene impacto tanto en la afiliación como en el empleo.