El batacazo de nuestros indicadores y el renovado temor de los inversores sobre nuestra deuda es el asunto que domina las portadas. Dice Expansión que "la crisis griega dispara la deuda española al 6%". El Tesoro no colocó toda la deuda que tenía prevista para ayer, la prima de riesgo se disparó y rozó los 290 puntos básicos y la rentabilidad del bono a 15 años subió por encima del 6%.
Una situación dantesca que nos mete –si todavía quedaba alguna duda- en el grupo de los PIGS. Llama especialmente la atención la recopilación de artículos que ilustran la información en Expansión. Gabriel Calzada dice que "España se quema en el incendio griego" y Pedro Schwartz titula "cantar mientras arde Roma". La tercera firma no lleva ninguna alusión al fuego en el titular, pero –casualidades de la vida- está escrita por Enrique Quemada.
Por si fuera poco, el mismo diario nos señala que "los altos cargos de la era Zapatero comienzan a abandonar el barco" y es que, entre otros, Carlos Ocaña se irá de director de FUNCAS. Bernardino León, por su parte, será el enviado especial de la UE para el sur del Mediterráneo. En fin, parece que hay algunos que no quieren quedarse al "incendio" español.
Pero no cesan las malas noticias. En Expansión, el Economista y Cinco Días vemos la información sobre la denuncia contra Botín. Y es que los funcionarios de Hacienda parece que no tienen tiempo para leerse toda la documentación enviada por la familia Botín que justifica su regularización de 200 millones de euros que hacienda les pidió. Como no van a buen ritmo en la comprobación de la documentación, han decidido hacer una denuncia preventiva. Qué lejos queda ya esa fotografía de Zapatero acompañado de los grandes banqueros españoles en Nueva York presumiendo del "mejor sistema financiero del panorama internacional", o esas reuniones en Moncloa en las que solicitaba la compra de deuda española por parte de dichas entidades financieras.
En Cinco Días se preocupan por los indignados como un factor de desestabilización para nuestras finanzas después del varapalo que dieron ayer los mercados a España. Veremos que sucede el lunes después de la marcha sobre Madrid del movimiento 15-M.
Y en Madrid, Aguirre saca la tijera y baja impuestos –los que tiene transferidos, claro-, tal y como señalaban los diarios económicos el pasado martes. Pero en la capital, Gallardón lo compensa. Dice el Economista que "Gallardón subirá a los madrileños el IBI una media del 5,7% anual hasta 2021". Ahí es nada.