Pocas semanas después de hacerse cargo del Gobierno catalán, el Sr. Mas se comprometió a "hacer más con menos" y envió una carta a los trabajadores de Generalitat recordándoles que "la gente espera mucho de la Generalitat y no les podemos defraudar". Aprovechó la misiva para recordarles los objetivos de su Gobierno: crear riqueza, aumentar la cohesión social y ¡cómo no!, "fortalecer y proyectar" la identidad colectiva catalana. De momento, las únicas iniciativas dignas de mención del Gobierno del Sr. Mas han sido eliminar el impuesto sobre sucesiones y donaciones, reivindicar el "derecho" a la autodeterminación de Cataluña, y prestar apoyo logístico a los organizadores de la consulta soberanista celebrada el pasado 12 de abril en Barcelona, en la que el Sr. Mas y la mayoría de Consejeros y líderes de CDC votaron a favor de la independencia de Cataluña.
Casi seis meses después de tomar posesión, el Gobierno del Sr. Mas aprobó este jueves el presupuesto de 2011, si se descuide lo aprueba con el de 2012. Tras anunciar algunos recortes y ver cómo respondían airados los ciudadanos en la calle, el Gobierno catalán dio marcha atrás y pospuso todas sus decisiones hasta después del 22-M. A estas alturas, todos los catalanes (incluidos los incautos que votaron a CiU) deberían tener ya claro que el Sr. Mas no va a "hacer más con menos", sino que va a limitarse a recortar todos los servicios públicos, incluidos sanidad y educación, y las inversiones en equipamientos sociales e infraestructuras. Todas las informaciones apuntan a que el fin último de los recortes es proporcionar peores servicios sanitarios y educativos para derivar a los más pudientes a la red privada, al tiempo que privatiza determinados servicios, no con la finalidad de mejorar la eficiencia con que se prestan –algo comprensible y hasta deseable–, sino para sacarlos del catálogo de prestaciones públicas.
Se pueden hacer las cosas bien, mal o no hacerlas, y el Gobierno del Sr. Mas ha optado por no hacerlas y culpar al anterior Gobierno catalán y al Gobierno de Madrid por ello. Si Montilla despilfarraba el dinero como ha repetido Mas durante los últimos años, ¿por qué no elimina el despilfarro en lugar de recortar servicios? Si el dinero que llega de Madrid no alcanza, ¿por qué su Gobierno elimina con falsas excusas el impuesto de sucesiones a los más ricos? Si la caída de la recaudación en relación al PIB entre 2007 y 2010 ha abierto un agujero en los presupuestos del Estado y Autonomías, ¿por qué CiU no pide en el Congreso que paguen impuestos quienes ocultan buena parte de sus rentas y mantienen a buen recaudo sus patrimonios en paraísos fiscales?
Quienes pusieron sus esperanzas en los "mejores" ya han debido caer en la cuenta de que el fondo de la chistera de Mas estaba vacío. Algo desengañados deben andar también quienes apoyaron al PP en Cataluña y ven incrédulos como Sánchez Camacho flirtea con los nacionalistas y apoya en Barcelona los tijeretazos sociales que critica con saña en Madrid.