El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha ofrecido este lunes sus impresiones sobre distintos temas en un encuentro en directo con los lectores de El País.com. Su intervención ha arrojado algunas perlas...
Pregunta (P): Creo que es momento de que todos se ajusten el cinturón ¿no le parece conveniente que se reduzcan los representantes de los sindicatos, los costes de sus dirigentes nacionales, autonómicos, locales, etc?
Respuesta (R): Las organizaciones sindicales tenemos unos presupuestos modestos y proporcionados a nuestra representación democrática. Nadie nos ha regalado ni nos regalará nada. Y los recursos públicos que recibimos se reflejan en el Boletín Oficial de Estado y en los diarios de las Comunidades Autónomas y nos someten a escrutinio permanente.
De este modo, Cándido Méndez sigue sin ofrecer cifras concretas y globales acerca de la financiación de los sindicatos. Y es que, a las ayudas directas que concede el Gobierno año tras año para mantener el funcionamiento de estas estructuras hay que sumar, además, las numerosas subvenciones que otorgan CCAA y ayuntamientos por conceptos de lo más variopinto. Por si fuera poco, UGT y CCOO participan también de los fondos públicos que se destinan anualmente a los cursos de formación, por valor superior a los 7.000 millones de euros.
P: No se siente responsable de que los ciudadanos, trabajadores y parados, no se sienta identificado con Unión General?
R: Yo, como secretario general de UGT, me siento responsable de todo lo que acontezca a mi organización. Le puedo asegurar que su afirmación no es correcta. En la UGT, tanto los resultados en las elecciones sindicales como la evolución de la afiliación en esta situación crítica para nuestro país no respaldan su afirmación.
Pese a esta afirmación, los datos oficiales desmienten a Méndez. Las centrales han perdido cerca de medio millón de afiliados desde que comenzó la crisis, según el Ministerio de Trabajo. Sólo en 2010, más de 220.000 personas han devuelto su carné de sindicalista. Sólo el 16,4% de los ocupados estaba afiliado a alguna organización sindical en 2010, un dato que contrasta con el 17,2% de 2009 y con el 17,4% de 2008, informa este lunes el diario Expansión.
P: ¿Por qué no se ha llegado a un acuerdo para reformar la negociación colectiva? ¿Quién ha sido el culpable y cuál ha sido el mayor desacuerdo?
R: La responsabilidad tiene que ver con la predisposición. Los sindicatos teníamos absoluta predisposición para alcanzar un acuerdo que conjugara flexibilidad y equilibrio, y en el caso de UGT nuestro comité confederal unánimemente nos otorgó a la Comisión Ejecutiva Confederal un voto de confianza para que llegáramos a un acuerdo el pasado 12 de mayo. La patronal el 25 de mayo tuvo una junta directiva donde la resolución fue por la tarde enmendada en su totalidad por CEIM. Juzgue usted mismo.
P: ¿No cree que fue un error aplazar la firma del convenio para después de las elecciones teniendo en cuenta que ya estaba casi acabado? Debido al resultado, la patronal se ha envalentonado.
R: Fue una solicitud de la patronal para, decían, digerir mejor el contenido y nosotros respetamos las digestiones lentas. Mi opinión es que había y hay un sector de la patronal que ha acabado llevándose el gato al agua, que pasara lo que pasara el 22M querrían impedir el acuerdo [...]
En la patronal ha pesado más el cálculo político a la hora de tomar la decisión que razones de contenido del acuerdo. Creo que se equivocan, ya que en nuestro país las reformas negociadas y pactadas han sido las más útiles, y las impuestas han generado conflicto, confusión y no han funcionado.
Méndez se exculpa así de la falta de acuerdo sobre la reforma de la negociación colectiva, evidenciando su falta de autocrítica. Por último, en cuanto al problema del paro...
P: ¿Es tan difícil para ustedes comprender que si no se suavizan las condiciones de despido, en un contexto como el actual donde apenas las pymes venden nada, ningún empresario va a contratar por miedo a indemnizaciones enormes que les hagan cerrar el negocio?
R: En España no hay indemnizaciones "enormes". Las pymes, además, tienen bonificada parte de la indemnización por despido a través del FOGASA. El despido lo ha vuelto a abaratar y facilitar el Gobierno actual y las cosas siguen sin funcionar. El problema, a mi juicio, radica en la práctica imposibilidad para muchas pymes de acceder a un crédito para obtener liquidez, pero como ya se sabe es más fácil echarle la culpa a la supuesta rigidez del mercado laboral que a las entidades financieras.
P: ¿Qué idea propone para parar la sangría de paro que hay en este país?
R: El paro en este país se debe a una herida muy profunda en nuestra estructura económica y productiva que tiene relación con el peso excesivo del ladrillo y del consumo [...]
Sería muy importante mantener la cobertura social y tender un puente en el tiempo hacia el cambio del modelo productivo, y este puente tendría que venir de la mano de una operación masiva de rehabilitación de vivienda que nos permitiría paliar el paro y crear simultáneamente las condiciones para reorientar un modelo económico que no es viable.
Es decir, Méndez señala que la culpa de la crisis radica en el excesivo peso del ladrillo y, al mismo tiempo, propone como solución una "operación masiva de rehabilitación de vivienda", aunque no aclara si ésta, además, debería ser financiada mediante gasto público.