Grecia sigue en el aire. El Gobierno de Atenas sigue negociando con Bruselas, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Moneterio Internacional (FMI) las condiciones del segundo plan de rescate. El acuerdo está próximo, según la prensa helena. Atenas aceptaría realizar nuevos recortes públicos y privatizar activos estatales, aunque siguen existiendo algunos obstáculos. Bruselas quiere tomar el control de este nuevo plan de austeridad antes de conceder nuevos préstamos, a la vista del fracaso obtenido por Atenas durante el último año.
Entre otras medidas, la UE baraja recaudar directamente los impuestos griegos y decidir sobre las privatizaciones. A Atenas no le gusta la idea, ya que supondría ceder gran parte de su soberanía nacional. Pero más allá de estas exigencias, la gran incógnita es si, finalmente, habrá o no reestructuración de la deuda pública helena.
Hasta ahora, Berlín defendía que se extendiera el pago de los bonos a los tenedores privados, pero el BCE rechaza frontalmente esta opción debido a los efectos que ello podría causar. Por su parte,el Fondo Monetario Internacional (FMI) pide claridad en la financiación para 2012 antes de prestar los fondos necesarios.
Ante tales presiones, Alemania medita ahora dejar en un segundo plano su petición de una reestructuración con el fin de facilitar un nuevo paquete de ayuda al país heleno, según informa este martes el diario The Wall Street Journal. Esta concesión de Berlín ayudaría a Europa a superar el punto muerto sobre las necesidades de financiación de Grecia, antes de que éste se quede sin dinero en efectivo a mediados de julio.
Sin embargo, algunos funcionarios alemanes esperan hallar a corto plazo una solución que permita un acuerdo íntegro, el cual contemple también una reestructuración de los bonos este mismo año. Es decir, la reestructuración (suspensión de pagos) tan sólo se retrasaría unos meses. Asimismo, algunos negociadores de la eurozona estudian un arreglo a corto plazo en virtud del cual el FMI seguiría financiando a Grecia, al tiempo que se aplaza la decisión sobre el papel de otros inversores.
Según las primeras estimaciones, Grecia requerirá unos 30.000 millones de euros adicionales en 2012 y otros tantos en 2013, a pesar de los 110.000 millones ya prestados el año pasado. Las conversaciones sobre cómo afrontar estas carencias están siendo complicadas, debido sobre todo a los recelos de algunos países a rescatar a países que han considerado derrochadores, como Grecia. Funcionarios de Alemania, Países Bajos y Finlandia ven extremadamente difícil que sus respectivos parlamentos aprueben un paquete adicional de ayuda sin que algunos inversores privados participen en él.
Representantes del BCE, el FMI y la Comisión Europea se encuentran en Atenas para buscar una solución y se espera que hagan públicas sus conclusiones la próxima semana. El primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, confía en alcanzar un acuerdo antes de que finalice junio. El 20 de ese mes los ministros de Finanzas europeos abordarán esta cuestión de cara a la cumbre de líderes del continente de cuatro días después.