La jefa del gobierno germano, Angela Merkel comentó que la electricidad del futuro debe ser "segura y fiable" al recibir el informe elaborado por la llamada Comisión Ética, un equipo de expertos convocado por su Gobierno tras la catástrofe de Fukushima para analizar el futuro energético de Alemania tras el fin de la era atómica.
Merkel señaló que los consejos del gremio independiente han sido determinantes para la decisión adoptada anoche por los partidos de la coalición, cristianodemócratas (CDU), socialcristianos bávaros (CSU) y liberales (FDP), para sancionar el abandono definitivo de la energía atómica en Alemania, la primera potencia occidental que apuesta decididamente por el apagón nuclear.
"Tenemos por delante un gran esfuerzo conjunto", dijo por su parte Matthias Kleiner, copresidente de la citada comisión y presidente de la Comunidad de Investigación Alemana (DFG), quien se mostró convencido de que será posible llevar a cabo el apagón nuclear definitivo "en el plazo de una década".
La coalición de Gobierno que dirige Merkel acordó anoche adelantar el apagón nuclear en Alemania al año 2022, aunque ya en 2021 habrán sido desconectadas la gran mayoría de las centrales atómicas de Alemania, fecha esta última que propone la Comisión Ética. El acuerdo alcanzado contempla que las ocho centrales cuya clausura provisional se anunció tras la catástrofe de Fukushima nunca más volverán a ser conectadas a la red, aunque una de ellas podría mantenerse lista para ser activada en caso de necesidades de suministro eléctrico.
El titular alemán de Medio Ambiente, Nobert Röttgen, comunicó a la prensa entrada la madrugada de hoy que las tres plantas nucleares más modernas retrasarán eventualmente su cierre hasta 2022 en el caso de que surjan problemas con el suministro eléctrico. Esas plantas deben ser contempladas como "reserva de seguridad", dijo Röttgen, quien comentó que el acuerdo entre las tres formaciones contempla que en 2018 se decida si el apagón puede llevarse a cabo en 2021 o un año más tarde.
Asimismo, señaló que los partidos de la coalición han acordado no eximir a las compañías eléctricas del pago del nuevo impuesto para las barras de combustible nuclear, que tiene como fin financiar el desarrollo y construcción de centrales eléctricas de energía renovable y supone unos ingresos de 2.300 millones de euros anuales.
La decisión de los partidos de la coalición que dirige Merkel supone un retorno a la decisión tomada en 2000 por la entonces coalición de socialdemócratas y verdes a las órdenes de Gerhard Schröeder que había aprobado por ley el fin de la era nuclear en 2021. Merkel y su equipo se retractan así de la ley que aprobaron el pasado otoño para prolongar la vida de los 17 reactores nucleares que tiene Alemania una media de 14 años y que retrasaba hasta 2036 la clausura de la última planta atómica en activo.