Un bloguero liberal seguidor de la Escuela Austriaca, Joan Tubau, ha puesto a prueba las convicciones del movimiento de los indignados. Si sus peticiones, una vez se salen del marco de la reforma electoral, son consistentemente socialistas en mayor o menor grado, sus prácticas en la vida real parecen ajustarse más al aprovechamiento de las ventajas del libre mercado.
Tubau decidió renunciar a una noche de diversión y se pasó por un supermercado, compró 600 latas de cerveza y las vendió la noche del viernes –con gran asistencia a la acampada de la Plaza de Cataluña en Barcelona– en unas tres horas, según relata en su blog. Mientras tanto, una vegetariana que vendía pasteles de zanahoria no lograba colocar su mercancía entre los concienciados manifestantes. Los beneficios, 250 euros, planea invertirlos en la compra de un Ipad.
"Después del intercambio, todos mejorábamos nuestra situación inicial, yo con mi dinero y ellos con su Estrella, la famosa mano invisible de Smith", asegura Tubau. "Mientras seguían defendiendo su comunismo con una cerveza fría en una mano y el Iphone 4 en la otra, este humilde economista sonreía satisfecho", concluye.