Si la crisis económica y el encarecimiento continuado del precio de la cajetilla de tabaco no eran suficientes para incentivar a los fumadores en el consumo de cigarrillos de contrabando, este miércoles el Senado ha aprobado el proyecto que modifica la Ley de Represión del Contrabando, que suaviza las penas a los precursores de una práctica que se ha extendido en los últimos meses.
El pleno del Congreso de los Diputados aprobó a principios de abril trasladar al Senado el proyecto de represión del contrabando, en el que fijaba en 20.000 euros el valor de las labores del tabaco intervenidas (u otro tipo de mercancías introducidas de forma ilegal) para que la aprehensión sea considerada delito en lugar de falta administrativa. De este modo, se despenalizaría una práctica que hasta ahora se tipifiacaba cono delito en caso de que la incautación superara los 6.000 euros.
El Partido Popular defendió que este umbral se estableciera en 10.000 euros, mientras que la intención original del PSOE elavaba esta cuantía a partir de los 30.000. Finalmente, el Senado ratifica el límite del 20.000 euros. Curiosamente, esta reforma contradice los objetivos recaudatorios del Gobierno y su lucha contra el tabaco bajo la excusa de la "protección" de la salud. Y es que, el sector tabaquero teme que esta modificación incentive el contrabando de cigarrillos a pequeña escala.
Hay que tener en cuenta que esta Ley no se centra únicamente en las entradas de tabaco ilegales sino que incluye todo tipo de mercancías ilícitas como las drogas o las especies de flora y fauna en peligro de extinción. El borrador aún no es definitivo y los partidos tienen todavía quince días para presentar sus correspondientes enmiendas para, posteriormente, trasladar el proyecto nuevamente al Congreso para su aprobación definitiva. Fuentes del grupo popular del Senado consultadas por Libre Mercado aseguran que el partido mantiene su propuesta inicial de fijar el límite en 10.000 euros, cantidad suficiente para actualizar conforme a la inflación los 6.000 euros vigentes desde 1995.
El sector tabaquero, el principal afectado
Mientras, las tabaqueras temen que despenalizar el contrabando inferior a 20.000 euros aumente la entrada ilegal de cajetillas en España, tanto desde los lugares fronterizos, donde el tabaco tiene una importante ventaja fiscal -Gibraltar, Andorra o Islas Canarias-, como de tabaco falsificado, imitaciones perfectas de las marcas más vendidas procedentes en su mayoría de China, y que suponen el 90% del las entradas ilegales.
La Unión de Asociaciones de Estanqueros de España se opone, como es lógico, a esta medida ya que la define como una "despenalización encubierta" del contrabando que se verá traducida en un "aumento descontrolado" del comercio ilícito de tabaco, puesto que será más fácil para las mafias quedar impunes ante movimientos de grandes cantidades de este producto.
Otro de los agentes afectados por la proliferación del contrabando son las tabaqueras. Altadis (Imperial Tobacco), por un lado, asegura que en lo que va de año el tabaco de contrabando alcanza ya el 6% de las ventas totales, aunque matiza que en Andalucía rondaría el 10% y en ciertas provincias como en Málaga o Sevilla el 20%.
British American Tobacco (BAT) también estima que es el 6% la cuantía que abarca el tráfico ilícito en el mercado y señala tres efectos del traslado del consumo legal hacia el consumo de productos de contrabando y/o falsificado:
- Comprar tabaco falsificado supone un riesgo añadido a la salud de los fumadores al no estar sujeto a ningún control sanitario (aseguran que se han llegado a encontrar excrementos de animales entre los ingredientes de algunos cigarrillos).
- El tráfico ilegal se traduce en un descenso de la recaudación de manera sostenida en el tiempo a la vez que encarece los costes de control dado que, una vez instaladas, las redes de contrabando son difíciles y costosas de erradicar.
- El auge del tráfico ilícito es uno de los factores que justifican la caída en la venta legal de cigarrillos en el primer trimestre. Prueba de ello es que existe una caída de las ventas especialmente importante en las áreas tradicionales de entrada de tabaco ilegal
Fuentes tabaqueras, conscientes de los beneficios que obtiene el Estado en materia de recaudación por el tabaco, alertan de la excesiva cuantía que está perdiendo el sector público por el repunte del contrabando, a pesar de la subida de impuestos.
En concreto, calculan que por cada punto porcentual que aumenta el dato de contrabando en España supone 80 millones de euros menos en impuestos especiales y 18,8 en IVA. En 2011, incluso, según las mismas fuentes, el Gobierno podría haber perdido ya 510 millones de euros por el aumento del contrabando.