La mayoría de medios de comunicación recogió el lunes los espectaculares datos publicados por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio de Miguel Sebastián. Así, los resultados registrados por el turismo español entre enero y abril superaron incluso las previsiones más optimistas del Gobierno.
Según el ministro, España recibió en los cuatro primeros meses del año 13,8 millones de turistas, lo que supone un incremento del 8,5% respecto al mismo período de 2010, el mayor en los últimos once años. Asimismo, Sebastián también destacó que sólo en abril el aumento fue de casi un 21% interanual, hasta los 4,7 millones de turistas extranjeros, nuevamente el porcentaje más elevado de los últimos once años.
Aún así, Sebastián recordó que hace un año el turismo español se vio afectado por las cenizas volcánicas procedentes de Islandia y, además, la Semana Santa se repartió entre marzo y abril. Por ello, ofreció los datos correspondientes a la suma de ambos meses, que arrojan un crecimiento del 11,3% interanual, de nuevo muy por encima de las previsiones del Gobierno y de los datos que anticipaba la Organización Mundial del Turismo (OMT) para España.
Sin embargo, pese a los esfuerzos de Sebastián, el ministro no detalló el fuerte impacto del volcán islandés sobre el turismo en abril de 2010, tomando así como válido ese incremento del 11,3% interanual, lo que podría interpretarse como una excelente noticia en medio del sombrío panorama que presenta la economía española. Pero, como dijo Disraeli, "hay tres clases de mentiras: la mentira, la maldita mentira y las estadísticas". Una estadística como ésta no significa nada si no se interpreta en su contexto.
El Ministerio casi despreció que en abril de 2010 el tráfico aéreo en Europa sufrió enormes problemas como consecuencia de la erupción del volcán Eyjafjallajökull en Islandia, lo que hizo que ese mes se truncara la incipiente recuperación del turismo. Así, la entrada de turistas, en lugar de subir un 3,2% como en marzo de 2010, bajó un 13,3%. Por lo tanto, y sin la erupción del volcán, hubiera sido de esperar que los 3,91 millones de turistas registrados en abril de 2010 hubieran sido alrededor de 4,65 millones. De este modo, la subida de este año seguiría existiendo, pero reducida a un discretísimo 1,6% interanual, y no el 21% que señaló Sebastián. Y, lo que es peor, la caída desde máximos (abril de 2006) es todavía del 3,5%.
En el gráfico, que representa la tendencia suavizada del turismo (media móvil de 12 meses), se aprecia claramente que el turismo extranjero se halla aún muy por debajo de los niveles de máximos, a pesar de los beneficios que hemos recogido por los problemas en el norte de África. Aunque la tendencia sigue siendo ascendente está siendo cada vez menor, lo cual recomendaría cierta prudencia en lugar de la euforia mostrada el lunes por Sebastián.
