El Ejecutivo da continuidad así a su compromiso de apoyar la mejora de la calidad de nuestras infraestructuras turísticas, desde la óptica de la sostenibilidad, después de aprobar la semana pasada el convenio que permitirá a Industria y el Instituto de Crédito Oficial (ICO) poner en marcha la tercera edición del Plan FuturE, informa Europa Press.
La línea, dotada con 300 millones de euros, se configura como un tramo especial de la Línea ICO Inversión Sostenible, cuya normativa fue aprobada por el Gobierno el pasado 8 de abril.
Como principal novedad en esta edición se incrementará el importe máximo de financiación hasta los diez millones de euros, en una o varias operaciones, y se eleva también el plazo de amortización, hasta un máximo de 20 años. Se mantiene, por otro lado, la financiación de hasta el 100% de los proyectos.
Para ello, el ICO habilitará una línea de financiación para proyectos, inspirada en las líneas Renove Turismo y FuturE 2009 y 2010. En total, el Gobierno, a través de la Secretaría General de Turismo, habrá puesto a disposición del sector 2.100 millones de euros a lo largo de las tres fases. Con la puesta en marcha de los Planes FuturE y Renove en dos años se han destinado 1.900 millones de euros, con los que se han financiado 6.830 proyectos en las 17 comunidades autónomas, generando una inversión inducida de 3.600 millones de euros.
El efecto total sobre la producción del sistema español de estos planes se puede cifrar en unos 8.600 millones de euros, el 87% en economía interior. Por cada euro de crédito presupuestado en estas líneas de financiación, se ha generado una inversión de 1,9 euros y un impacto en la producción interior de 4,5 euros. Las entidades financieras podrán aplicar hasta un 1,5% sobre las operaciones de préstamo y no podrán cobrar cantidad alguna adicional en concepto de comisiones.
El Plan FuturE, al que pueden acogerse alojamientos, restauración, oferta complementaria y agencias de viajes, busca consolidar la posición del turismo español en el uso racional de la energía, la utilización de energías renovables, la reducción de la huella hídrica, la gestión de residuos y las inversiones supongan un incremento del valor añadido del producto.