La libertad económica no sólo engendra mayor prosperidad, sino también un crecimiento más rápido.

Draghi es el candidato de Francia, firme defensora de los rescates soberanos, los bajos tipos de interés, la monetización de deuda pública, la homogeneización fiscal en la zona euro y la creación de los denominados "eurobonos".

Según él, el principio que debe orientar al Estado es la eficiencia. ¡La eficiencia, oiga! Cree que si la coacción es eficiente, no debe tener límites precisos. Y a esto llama don Justo "equilibrio" entre libertad y coacción.

De ahí la muy elemental proposición de que la destrucción indeseada de bienes materiales nunca –insisto, nunca– nos vuelve más ricos. Tal vez sea por ello que a las catástrofes naturales se las llame "catástrofes" y no "bendiciones naturales".

El problema de Irán no es disponer de una central nuclear de la que tenemos conocimiento y sabemos inocua desde el punto de vista de la proliferación. El problema es que no ha sido capaz de convencer a la IAEA de que no tiene otras que desconozcamos.

La Sexta puede ser el lugar menos pensado para encontrar una defensa del capitalismo pero, aunque Roures no lo sepa, es lo que hace todas las mañanas de los fines de semana.