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España, segundo país de la OCDE donde más suben los impuestos directos

La fiscalidad sobre los salarios alcanzó el 39,6%, frente a la media del 34,9% de los países de la organización.

España fue el segundo país de la OCDE, después de Islandia, donde mayor fue en 2010 el aumento de la fiscalidad directa sobre los salarios -incluyendo el impuesto sobre la renta y las cotizaciones sociales-, según los datos publicados este miércoles.

El incremento de esa fiscalidad en Islandia fue de 3,29 puntos porcentuales, hasta representar el 31,3 % de los costes laborales, mientras que en España el ascenso fue de 1,36 puntos hasta el 39,6 %, en tanto que la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) fue del 34,9 %.

Los ascensos más importantes de esos impuestos, tras el de España fueron los de Japón (1,35 puntos suplementarios al 30,5 % de los costos laborales), Estonia (0,84 puntos hasta el 40 %), Corea del Sur (0,46 puntos al 19,8 %), Holanda (0,43 puntos al 38,4 %) e Irlanda (0,37 puntos al 29,3 %).

En total, el pasado año se constataron progresiones impositivas a los salarios en 22 de los 34 miembros de la organización, al tiempo que las bajadas más significativas se registraron en Hungría (6,65 puntos menos al 46,4 %), Alemania (1,84 puntos al 49,1 %), Grecia (1,58 puntos al 36,6 %), Dinamarca (1,24 puntos al 38,3 %) y Nueva Zelanda (0,81 puntos al 16,9 %).

Los países, de los 34 miembros de la organización, donde los impuestos directos sobre los salarios tenían en 2010 un mayor peso relativo eran Bélgica (55,4 %), Francia (49,3 %), Alemania (49,1 %), Austria (47,9 %), Italia (46,9 %) y Hungría (46,4 %), mientras España se situó en duodécima posición con el citado 39,6 %. En el otro extremo se situaban Chile (7 % de los costes laborales), México (15,5 %), Nueva Zelanda (16,9 %), Corea del Sur (19,8 %), Israel (20,2 %) y Suiza (20,8 %).

IRPF y cotizaciones sociales

La subida de la fiscalidad directa sobre los salarios en España se debió integralmente al aumento del impuesto sobre la renta hasta el 11,7 % de los costes laborales, mientras que las cotizaciones sociales -tanto a cuenta del asalariado (4,9 %) como del empresario (23 %)- permanecieron estables.

En la OCDE, el impuesto sobre la renta suponía de media un 12,2 % de los costes laborales, mientras las cotizaciones representaban un 8,5 % las que iban a cuenta del empleado y del 14,2 % a cuenta del empresario.

Los costos laborales por trabajador alcanzaron máximos en 2010 en Alemania (61.971 dólares), Bélgica (61.810 dólares), Austria (60.576), Luxemburgo (59.726), el Reino Unido (59.372), y Holanda (58.102), netamente por encima de los 44.875 de España y de los 41.589 de media en la OCDE. En la parte baja, los menores eran los de Chile (11.552 dólares), México (12.287), Eslovaquia (22.896), Polonia (23.014), Turquía (23.047), Hungría (24.372) y Estonia (24.784).

Fiscalidad y crecimiento

La OCDE subrayó que como parte de los esfuerzos para restablecer las finanzas públicas y poner la economía en un ritmo de mayor crecimiento, los Gobiernos deberían "considerar una modificación de la estructura fiscal", informa Efe.

En concreto, abogó por aumentar los impuestos indirectos (como el IVA o los que gravan la propiedad de bienes que no se pueden desplazar, como los inmobiliarios o los rústicos) en lugar de los directos y de las cotizaciones sociales.

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