Recientemente, el Gobierno reconoció que la subida prevista en el consumo de los hogares en los Presupuestos Generales del Estado (+1,8%) no se cumpliría y que quedaría reducida al 0,7%. El gasto en consumo de los hogares es el componente más importante del PIB (58%) cuando se mide desde el punto de vista de la demanda.
Sin embargo, esta previsión está en flagrante contradicción con los indicadores parciales de consumo que el propio Ministerio de Economía considera que tienen una alta correlación con el gasto de los hogares, como puede verse en la siguiente imagen, en la que se muestran los cuatro indicadores más correlacionados.
Si se analiza la evolución de estos indicadores se podrá ver que en el primer trimestre del año todos están cayendo con fuerza (datos a nivel interanual).
El primero de ellos son las ventas de bienes de consumo en las grandes empresas. Como puede verse en el gráfico, después de entrar brevemente en positivo en el primer semestre de 2010, en el segundo entraron en negativo y en los dos primeros meses de 2011 caen a una tasa del -2,9%.
En segundo lugar, encontramos las matriculaciones de automóviles. Este indicador está fuertemente distorsionado por el efecto del Plan 2000E (subvenciones a la compra de coches), por lo que presenta fortísimas caídas en el primer trimestre (-27,7%). Es imposible saber cuál hubiera sido el volumen de ventas en 2010 de no haber existido este plan, pero no hay ninguna razón para suponer que no hubiera seguido la misma tendencia que el resto.
El tercer indicador son las disponibilidades interiores de manufacturas de consumo que, como puede apreciarse en el gráfico, sólo entraron ligeramente en positivo en el segundo trimestre de 2010, para después volver a caer con fuerza. En el primer trimestre de 2011 caen a una tasa del -3,3%.
En último lugar está el índice de comercio minorista, que cae en el primer trimestre de este año a una tasa del -5,7%, profundizando en la negativa tendencia del segundo semestre de 2010.
La conclusión evidente del análisis de la evolución de estos indicadores es que ésta es totalmente incompatible con un aumento del consumo de los hogares, ya que todos ellos caen con fuerza, y en casi todos los casos empeorando su tendencia en los últimos meses.
Otro de los componentes importantes del PIB es la formación bruta de capital fijo en bienes de equipo (FBCFE), que supone aproximadamente el 6% del PIB. Según dijo recientemente el Sr. Campa, se observa "un avance sostenido en la inversión en bienes de equipo". Una vez más, el propio Mº de Economía otorga a varios indicadores parciales una alta correlación con la FBCFE, como puede verse en la imagen.
Tal y como se observa en el gráfico, los tres indicadores parciales caen. El primero, las disponibilidades interiores de bienes de equipo, no llegó a crecer en ningún momento de 2010 y, además, en el primer trimestre de 2011 ha vuelto a caer con más fuerza, concretamente el -14,6%; el segundo, las matriculaciones de vehículos de carga, que aumentó en 2010, vuelve a caer en el primer trimestre (-2,2%); el tercer indicador, las ventas en grandes empresas (equipo), tampoco llegó a crecer en 2010, y en 2011 acelera su tasa de caída hasta el -2,1%.
Las declaraciones del Sr. Campa son, por lo tanto, incoherentes con los datos de los indicadores parciales.
El tercer componente del PIB que vamos a analizar es la formación bruta de capital fijo en construcción (12% del PIB). El Mº de Economía considera que hay también varios indicadores correlacionados con este agregado contable.
En el gráfico puede verse la evolución de cuatro de ellos. El primero de ellos, los afiliados a la Seguridad Social en construcción, está cayendo en lo que va de 2011 a una tasa del -9,6%; el segundo es el consumo de cemento, lo hace al -3,3%, mientras que de los visados de obra nueva caen al -5,7%; por su parte, el indicador de confianza de la construcción se desploma a mínimos históricos (-54,3).
Los indicadores de financiación también se encuentran en negativo, cayendo el capital concedido para hipotecas al -4,1%, mientras que la financiación para vivienda deflactada lo hace a tasas récord (-46%).
Si todos los indicadores parciales analizados, que afectan nada menos que al 73% del PIB, se hallan fuertemente en negativo, no parece razonable esperar que el PIB esté ahora mismo en positivo, por más que el Gobierno diga confiar en las exportaciones y el turismo. La confianza en estos dos factores está demostrando no tener fundamento en los dos primeros meses del año, por cuanto la balanza de bienes se ha deteriorado (-7.410 millones en 2011 frente a -7.118 en 2010) más o menos en la misma medida en que, gracias al turismo, ha mejorado la de servicios (2.634 millones en 2011 frente a 2.388 en 2010).
Esto, unido a la reducción del gasto público del que tanto presume el Gobierno, hace imposible, a la vista de los datos disponibles analizados, un crecimiento positivo del PIB que, de ser informado por el INE, debería ser objeto de una exhaustiva revisión.